La cuarta fue la vencida para el escritor británico Julian Barnes, quien se llevó ayer el Premio Booker, el reconocimiento literario más prestigioso de Gran Bretaña, tras una contienda que tuvo tantos insultos, rivalidades y señalamientos amargos como una novela sensacionalista.
Barnes, quien estuviera entre los finalistas del premio en tres ediciones anteriores y que alguna vez dijera que el reconocimiento era una «lotería clasista» se llevó finalmente las 50 mil libras esterlinas (82 mil dólares) de las que consta el Booker por «The Sense of an Ending», una novela llena de memorias sobre un hombre de unos 60 años que se ve obligado a enfrentar las verdades ocultas sobre su pasado tras la llegada de una carta inesperada.
La ex jefa de espionaje británica, convertida en escritora de novelas de misterio, Stella Rimington dijo que la novela de 150 páginas «le habla a la humanidad del siglo XXI»
Rimington, quien presidió el jurado del premio, agregó que es casi un libro «arquetípico de nuestro tiempo» que examina la escasa fiabilidad de la memoria y lo poco que sabemos de nosotros.
«Está exquisitamente escrita, tiene una trama sutil y revela nuevos niveles con cada lectura», dijo.
Barnes, uno de los novelistas más aclamados del país había estado nominado por «Flaubert’s Parrot» en 1984, «England, England» en 1998 y «Arthur and George» en 2005.
El escritor de 65 años confesó que «en algunos momentos de paranoia ligera» había llegado a pensar que las fuerzas actuaban en su contra para impedir que ganara.
«Estoy igual de aliviado que de contento por recibir el Premio Booker 2011» dijo al agradecer a sus editores «por su sabiduría y a los patrocinadores por su cheque».
Barnes era el favorito para ganar el premio y la mitad de las apuestas presentadas en la agencia William Hill lo colocaban como ganador.
Superó a otros cinco finalistas: los británicos Stephen Kelman con «Pigeon English», A.D. Miller con «Snowdrops» y Carol Birch con «Jamrach’s Menagerie»; así como a los canadienses Patrick deWitt con «The Sisters Brothers» y Esi Edugyan con «Half Blood Blues».
En el Booker pueden participar escritores de Gran Bretaña, Irlanda y los 54 países de la Mancomunidad Británica. El galardón fue fundado en 1969 y su nombre oficial es Premio Man Booker, por su patrocinador, el conglomerado de servicios financieros Man Group PLC.
Todos los años genera comentarios escandalosos y algo de controversia, pero la edición actual fue particularmente agresiva, pues los críticos acusaron a los integrantes del jurado de poca inteligencia después de que Rimington dijera que los finalistas habían sido elegidos por la facilidad con la que se leían.
La selección de finalistas también fue criticada porque algunos de los libros favoritos de la crítica, incluyendo a «On Canaan’s Side» del irlandés Sebastian Barry y «The Stranger’s Child» del británico Alan Hollinghurst no estaban incluidos.
Varios escritores, editores y agentes literarios anunciaron que crearían un premio rival que esperan suplante al Booker como el premio más importante de habla inglesa.
El agente literario Andrew Kidd, vocero del nuevo Premio Literatura, dijo que la meta era crear un galardón para el cual «el único criterio fuera la excelencia y no otros factores».
El nuevo galardón estará abierto a cualquier obra literaria en inglés que haya sido publicada en Gran Bretaña, a diferencia del Booker que no permite que participen escritores estadounidenses.
El martes Rimington contraatacó a los detractores del Booker de insultar a los autores y a los jurados.
«Â¿Para qué es una novela si no es para ser leída?», dijo mientras destacó que los finalistas de este año encabezan las listas de ventas.