Francisco Javier Mina. Su lucha por la libertad


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í“scar Enrique Alvarado S.

Los antecedentes de la revolución libertaria, las causas mediatas e inmediatas, los factores externos e internos, la realidad económico-social en el Virreinato de la Nueva España, las reformas de Carlos III, la Ilustración y las Cortes de Cádiz son aspectos que influyeron, similar situación significó la lucha de los colonos en contra del dominio inglés en el territorio que se formó con el nombre de Estados Unidos de América.

Es importante el análisis de la historia del vecino paí­s ya que podemos concluir con aspectos como el siguiente: en la Capitaní­a General de Guatemala el proceso independista fue dirigido por criollos en las áreas urbanas, escasamente hubo lucha armada y por lo consiguiente no se dieron cruentas batallas y grandes movilizaciones. En México encontramos que el costo de vidas humanas fue increí­ble. El poder español se retiró, pero después de defender a toda costa la permanencia del poder real en aquel enorme territorio. El recuerdo de sus héroes fue el mejor incentivo para luchar en contra de las invasiones en diversas oportunidades.

En Mina tenemos un prócer que sin ser criollo se destacó a la tarea de dar independencia a México. La relación de estos hechos conmueve por la sufrida trayectoria de muchos en la causa de la libertad, incluyendo al presbí­tero Servando Teresa de Mier, a quien se le siguió proceso por parte de la Inquisición, permaneció preso varios años.

En junio de 1817 Mina se encontraba en plena campaña bélica, ayudado por don Pedro Moreno cuya familia siguió a los independentistas tanto en los momentos felices como en la desgracia. La fama de Mina se extendió hasta en la ciudad de México, máxime cuando enfrentaba al enemigo con tropas inferiores, como sucedió en el punto fortificado de el Sombrero. En la obra citada dice: «Poco antes de este combate, unióse a Mina el distinguido patriota don José Marí­a Liceaga, antiguo miembro de la Junta de Zitácuaro y del Congreso e Chilpancingo, quien después de la disolución de este cuerpo polí­tico habí­a vivido oculto en una de sus haciendas del Bají­o».

Mina fue hecho prisionero en el rancho de el Venadito, cerca de Guanajuato. El 11 de noviembre de 1817 Mina fue fusilado, finalizando así­ la campaña militar de siete meses de aquel generoso caudillo.

En 1818 el Virrey, Ruiz de Apodaca, tení­a un panorama favorable para la causa realista, solamente quedada a los independentistas el fuerte de Jaujilla, pues ya habí­an sido tomados el del Sombrero y los Remedios.

Nicolás Bravo y Vicente Guerrero fueron los nuevos caudillos, éste último llegó a ser un jefe militar valiente y esforzado en las tierras del Sur.

Rayón también sufrió una dilatada prisión, al salir en libertad fue vigilado en la población de Tacubaya.

En 1819 Vicente Guerrero sostuvo la lucha apoyado por algunas guerrillas en Michoacán. Parecí­a que la revolución se extinguirí­a, pues ya hemos visto que Rayón y Bravo soportaban dura prisión.

El levantamiento de Rafael de Riego en Cabezas de San Juan obligó al rey Fernando VII a jurar la Constitución de Cádiz. Para abril de 1820 se sabí­a en México el restablecimiento de la Constitución de Cádiz.