MI AMIGO EL AVESTRUZ ACLARA. En entrevista exclusiva celebrada en las llanuras africanas, mi amigo el avestruz, un tanto indignado, dice estar harto de tener que aclarar a los ignorantes, legos y profanos, en el sentido de que los europeos colonialistas inventaron el mito, quién sabe con qué propósitos inconfesables, de que él mete la cabeza en un hoyo cuando percibe un peligro inminente, lo cual no solo carece de pruebas científicas sino que lo retrata como un cobarde que no sabe enfrentar los riesgos que le acechan en todo momento.
Mi amigo el avestruz quien, además, es un bailarín admirable y capaz de derribar a un león con sus patas, invita a los ignorantes a visitarlo en su hábitat natural, allá en las llanuras africanas, para que comprueben lo falso y tendencioso de sus falacias que denigran el prestigio de un ave valiente y altiva. (Por aparte, pero en parecido desorden de ideas, mi amigo el avestruz hace la pertinente y oportuna acotación de que conoce a Chana y a Juana desde muy atrás, y que para él da exactamente lo mismo una u otra; que ni sus respectivas madres, de Chana y de Juana, pueden distinguirlas, lo cual ya es decir demasiado en tiempo de segundas vueltas).
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¿UN KAIBIL DE PRESIDENTE? Fragmentos de una Letanía a la muerte por la vida.
-Después de una guerra sucia prolongada y el genocidio del siglo XX
Sería como patear cada cadáver de las 200 mil víctimas mortales
Sería como escupir en las fosas comunes clandestinas
Sería como volver a crucificar la Historia
Sería haber perdido, ya para siempre, la dignidad, la vergí¼enza, la memoria, el coraje, la moral, el hilo ancestral
Sería haber trocado la sangre roja y luminosa por agua chirle, por agua de tonel oxidado, por agua de charco opacada por el cieno
Sería derribar del pedestal del corazón a Tecún Umán y poner en su lugar a Pedro de Alvarado el Sanguinario
Sería lamer la bota que oprime tu voluntad y tu honra
Sería tropezar por enésima vez con la misma piedra encadenada a tu conciencia
Sería ponernos los unos a los otros cepos de la derrota, la humillación, el escarnio, la impotencia… y así lucirnos en la plaza publica
Sería hacer de la resignación y el estoicismo nacional, la cruz que no encuentra Gólgota donde asentarse
Sería darle al miedo posesión del espíritu y del alma.
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