La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos Nancy Pelosi llega el martes a Damasco para reunirse con el presidente sirio Bachar Al-Assad contra la opinión de la Casa Blanca, pero que Siria interpreta como un reequilibrio de la política estadounidense.
Pelosi, tercera personalidad política en Estados Unidos y opositora al presidente Bush en el tema de la guerra en Irak, ignoró las críticas de la administración estadounidense, que tiene muy malas relaciones con Siria.
Al parecer, la demócrata Pelosi apoya decididamente las recomendaciones del grupo de estudios sobre Irak del ex secretario de Estado James Baker, que aconseja un reinicio del diálogo con Siria.
La administración estadounidense boicotea a Siria desde el asesinato del ex primer ministro libanés Rafic HAriri en febrero de 2005, en el que altos responsables sirios de la seguridad fueron cuestionados por los investigadores de la ONU.
Comentando la visita, la prensa oficial siria habló de «reequilibrio» de la política estadounidense en la región, dejando entender que Washington moderaba sus posiciones debido a la difícil situación que enfrenta en Irak.
«Los parlamentarios estadounidenses, tanto demócratas como republicanos, están conscientes que la política norteamericana en la región, sobre todo la guerra en Irak y sus relaciones con Siria, son un fracaso que deben reparar», escribió el lunes el diario gubernamental Techrine.
Si bien desde 2004 Estados Unidos aplica sanciones económicas a Siria para obligarla a modificar su política regional, las visitas de responsables estadounidenses a Siria se producen regularmente.
Parlamentarios republicanos miembros del mismo partido que Bush hicieron un llamado al presidente Assad en un entrevista el domingo en Damasco.
Retomando las acusaciones de la administración Bush, pidieron cesar las infiltraciones de combatientes anti-norteamericanos en Irak, la injerencia en el Líbano y el apoyo a los movimientos libanés Hezbolá y palestino Hamas, que Estados Unidos e Israel consideran como «terroristas».
Pelosi, que el sábado inició en Jerusalén una gira por la región, transmitirá a Siria los puntos de vista de Israel sobre el conflicto israelí-arabe.
Una fuente oficial israelí dijo el domingo que Pelosi afirmará que Israel está dispuesto a iniciar conversaciones de paz si Damasco deja de apoyar el «terrorismo».
Los oficiales sirios destacan regularmente el interés de su país por «liberar» la meseta del Golán ocupada por Israel desde 1967, sobre todo a través de negociaciones.
Nancy Pelosi conversará con el presidente Assad sobre «numerosos asuntos vinculados con las relaciones sirio-estadounidenses y regionales», indicó el domingo una fuente de la embajada de Estados Unidos en Damasco.
Sin embargo, la Casa Blanca reprobó una vez más la visita de Pelosi a Siria.
Una portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, expresó nuevamente la desaprobación de la administración. «Pensamos que es un mensaje errado cuando personalidades oficiales estadounidenses de alto rango van a tomarse fotos que Assad utiliza después», dijo la portavoz a la prensa.
Por el contrario, la presidenta de la Cámara de Representantes estimó el lunes en Beirut que su visita a Siria es «importante» para «iniciar el diálogo» en particular sobre Irak y sobre el proyecto de tribunal internacional en torno al asesinato de Rafic Hariri.
El presidente estadounidense George W. Bush advirtió este martes que el viaje de la presidenta de la Cámara de representantes Nancy Pelosi a Siria envía «señales confusas», que perjudican los esfuerzos de Estados Unidos por aislar al presidente sirio Bashar al-Assad.
«Hemos dicho claramente a los altos responsables, ya sean demócratas o republicanos, que al ir a Siria envían mensajes contradictorios a la región, y también al presidente Assad», dijo Bush en una conferencia de prensa en la Casa Blanca.
Estas visitas «hacen creer a los responsables del gobierno (sirio) que ellos forman parte de la comunidad internacional, mientras que su estado apoya al terrorismo», dijo el mandatario.
«Ha habido mucha gente que fue a ver al presidente Assad, algunos estadounidenses, y muchos dirigentes europeos, altos responsables. Y aún así nosotros no vemos nada en los hechos», explicó.