Un grupo de más de cien maestros que ocuparon por 70 días el edificio de la Dirección Departamental de Educación de Sololá, finalmente entregó dichas instalaciones, luego de lograr sus objetivos.
Después de ser aprobado un préstamo por parte del Congreso de la República y que se firmara un acuerdo entre la dirigencia de la Asamblea Nacional del Magisterio (ANM), con los ministros de Educación y de Finanzas Públicas, los dirigentes magisteriales abandonaron la sede de la dirección educativa.
Los docentes que se mantuvieron por dos meses en la Dirección Departamental de Educación trabajan por contrato y fueron obligados por la dirigencia magisterial, con el pretexto de que si no apoyaban el movimiento perderían sus empleos.
Varios mentores que no apoyaron esta medida, quienes prefirieron omitir sus nombres, subrayaron que el movimiento tuvo un tinte político y que las decisiones fueron tomadas por la dirigencia a nivel nacional, de forma inconsulta con las bases.
Los maestros y maestras presupuestados no estuvieron de acuerdo, al considerar que los más afectados son los niños y niñas, que dejan de estudiar, por lo que decidieron desconocer las órdenes de los líderes.
La calidad de la educación de Guatemala ocupa el antepenúltimo lugar a nivel de Latinoamérica, sólo superada por Haití, y con acciones como esta sólo se retrocede, indicaron.