En el segundo trimestre de 2003, cuando Apple abrió al público en general la tienda virtual iTunes, la industria discográfica se encontraba en una era de transición y caos.
Al comienzo del nuevo milenio, los álbumes lograban ventas notables de millones de unidades en el caso de los artistas más famosos, y las ganancias estaban en auge. Sin embargo, la amenaza de Napster y otras formas de descarga ilegal amenazaban con deteriorar esas utilidades, en un momento en que muchos melómanos comenzaban a acostumbrarse a la idea de que podían obtener numerosas canciones gratis.
ITunes entró en ese ambiente con un concepto que no era exactamente nuevo: un sistema en el que podían comprarse canciones en la internet. Pero iTunes, con su interfaz sencilla, su precio uniforme de 99 centavos por canción y su vinculación con un dispositivo revolucionario para escuchar canciones en formato MP3 —el iPod_, tuvo un éxito sonante.
Fue más que un éxito. En realidad, resultó un fenómeno la incursión en el mundo de la música por parte de Apple y de su director general Steve Jobs, quien falleció el miércoles. Hoy, iTunes es la principal minorista de música, ha redefinido la experiencia del público y se ha convertido en la forma principal en la que se paga por escuchar canciones.
Lo que está menos claro es cuánto se ha beneficiado la industria fonográfica, cuyas cifras financieras han seguido cayendo. Incluso hoy, las opiniones están divididas.
«En realidad, esto sí le recordó a la industria musical e incluso a una cultura que va más allá de estas empresas, que si se proporcionaba música en una forma directa y conveniente, y si se respondía a los intereses y exigencias de los consumidores, ellos comprarían contenido, particularmente si tenía el precio apropiado», dijo James Diener, director general y presidente de A&M/Octone Records.
«Esto obligó a realizar un cambio en una forma positiva. La gente que critica lo que pudo haber hecho iTunes quizás tiene memoria de corto plazo y no se da cuenta de que la alternativa en aquel momento era una enorme cantidad de música que se filtraba a la internet y se escuchaba gratis», añadió Diener. «La alternativa era inspirar a que la gente comprara música y acudiera a un sitio minorista… Eso representó un notable paso hacia delante».
Apple presentó iTunes en el 2001, unos meses antes de lanzar el ahora omnipresente iPod, que antecedió a su variante Nano, así como al iPhone y la iPad. Al comienzo, no se trataba de una tienda de canciones, sino de una suerte de «biblioteca» disponible sólo para usuarios de Mac.
Las compañías discográficas vieron inicialmente con recelo la tienda, por su capacidad de realizar copias digitales de canciones, algo que, según la industria, podría derivar en casos de piratería.
La industria tenía mucho por proteger. Contaba con ventas en auge cuando concluyó el siglo XX, gracias al éxito de artistas adolescentes como Britney Spears, los Backstreet Boys y ‘N Sync. Pero las empresas comenzaban apenas a resentir los efectos de la era de las descargas ilegales.
El álbum más exitoso de aquel año, «Hybrid Theory» de Linkin Park, vendió casi 8 millones de discos.
«Fue la misma época en la que confrontábamos a Napster. Enfrentábamos el comienzo de la epidemia global de piratería que estaba por llegar», recordó Jim Donio, presidente de la Asociación Nacional de Vendedores de Música (NARM, por sus siglas en inglés).
«Simultáneamente, experimentábamos las ventas semanales más débiles de todos los tiempos. Confluyeron varios hechos inusitados, porque había desafíos inmensos pero al mismo tiempo cosechábamos las recompensas de ventas increíbles, sin precedentes, de discos».
En el 2003, cuando iTunes se convirtió en una tienda de música en línea, ofreció más de 200.000 canciones que podían descargarse al iPod, por 99 centavos cada una, sin importar quién fuera el artista. En los años recientes, ha permitido cierta variación en los precios. Algunas canciones cuestan 1,29 dólar.
Bill Werde, director editorial de Billboard, dijo que, si bien había otros servicios disponibles en la época, el genio de Jobs hizo que iTunes fuera el último destino de los consumidores.
«El creó la experiencia minorista que la mayoría de la gente conoce ahora. Se enfocó en el consumidor y en la experiencia del usuario. No se enfocó en los derechos ni en los esquemas complicados de precios, sino sólo en lo que sería simple y fácil de hacer para un aficionado a la música, y en lo que debería experimentar», dijo Werde.