Desastre de infraestructura


Editorial_LH

Si bien el progreso de un paí­s no se mide únicamente por su infraestructura, el estado de la misma es un buen indicador del desarrollo porque sin adecuadas ví­as de comunicación, tanto fí­sicas como virtuales, es imposible competir en el mundo actual en el que se demanda eficiencia y velocidad para realizar cualquier tipo de actividad comercial. Guatemala es un paí­s que evidencia un absoluto desastre en su infraestructura porque la corrupción ha campeado desde hace muchos años en la contratación de la obra pública.

 


Por culpa de la corrupción es que todo en el paí­s es desechable y a eso hay que sumar que somos un paí­s indolente que no se ocupa por el mantenimiento. Los drenajes y las redes de agua, en general, son una muestra de que aquí­ si acaso, se piensa en lo que se ve, pero si ni siquiera a las carreteras por las que transitamos diariamente se les da mantenimiento, qué se puede esperar de colectores que las autoridades ni siquiera saben que existen, como pasa en la Municipalidad de Guatemala.

Entre la corrupción y la incapacidad, estamos condenados a vivir en medio de problemas para transportarnos y comunicarnos. El ministerio de Comunicaciones hace muchos gobiernos que es la oficina de trinquetes, donde igual hacen suciedades las pequeñas ONG que ahora están en el ojo del huracán que las grandes y “reconocidas” empresas constructoras que saben perfectamente que no pueden participar en el reparto del pastel si no se prestan al juego de la mordida. Aquí­ nadie puede andar presentándose como niño de primera comunión porque hace mucho tiempo que, sea porque aportaron para la campaña o porque se pusieron firmes a la hora de firmar los contratos, no se otorga un contrato sin algún favoritismo.

Durante meses los miles de guatemaltecos que viven al sur de la ciudad vivirán un calvario porque se abrió otro agujero ahora en una ví­a principal, una ví­a realmente fundamental como es la carretera al Pací­fico. Por supuesto que el Alcalde de Villa Nueva ni enterado estaba de la existencia de drenajes y por lo tanto ni él ni Comunicaciones le dieron mantenimiento y el agua hizo el resto.

¿Pagará alguien por lo ocurrido? Mamolas, decí­an nuestros abuelos, porque aquí­ nadie es responsable de ningún desastre.

Los puentes de antaño no están en pie porque las técnicas de construcción de la colonia y de los siglos pasados fueran mejores. Están en pie porque con ellos no se robaron el dinero de los guatemaltecos y por eso hay un Puente de los Esclavos que ha soportado tormentas de todo tipo, mientras que los hechos por nuestros flamantes constructores de hoy desaparecen con una llovizna.

Minutero:
Si el tema es la impunidad
hay que atacar corrupción
pues aquí­ todo ladrón
obra con tranquilidad