El tema de hoy es bastante delicado, pero debe tratarse desde una perspectiva de encontrar soluciones y no sólo de hacer denuncias; por ello es que llamo la atención de las autoridades policiales y de los DOS CANDIDATOS a presidir el próximo gobierno de Guatemala.
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En principio: ¿cuándo se van a reunir con el actual jefe de la Policía Nacional Civil, para que, por lo menos, estén enterados de primera mano acerca de la gravedad que deja la estela de criminalidad en el país? OJALí no respondan con la paja de que tienen su agenda llena, o que de eso se encargarán dos o tres gatos de segunda; necesitamos que de verdad se enteren ellos de la verdad verdadera en relación al crimen, y no sólo por medio de los periódicos escritos, televisivos, radiales, internet o la que les pintan
sus asesores de campaña.
De una reunión como la sugerida, podrán tomar elementos que sirvan para la consolidación, sustentación o fundamento de algunas de las políticas de seguridad que deberán implementar a partir del 14 a las 14. Además, no es mucho pedir, ya que es una obligación que desde ya tienen para con el pueblo elector y más para con quienes no votan aún, pues son carne de cañón o víctimas de la delincuencia organizada, desorganizada, gubernamental, común o personalizada o municipalizada.
Es tremendo vivir en un país donde las decapitaciones se están volviendo comunes como un acto de castigo, revancha, escarmiento, represalia o desquite, o tal vez simplemente como una muestra de la degradación moral en que vive gran parte de la juventud sin opciones de acceder a un futuro cercano mejor; y lo peor, es que los verdugos, de acuerdo a las noticias conocidas y otras vox pópuli, son jóvenes sin acceso a la educación que aún no superan la veintena de años.
Y los que sí tienen educación, que asaltan y violan a bordo de vehículos lujosos en la zona 10, 14 y 15 no se salvan de estos señalamientos, puesto que la conducta delictiva que realizan es tan punible como la que hacen otros sectores juveniles marginados.
El título de este artículo pregunta de quién es la culpa de este tipo de acciones ejecutadas por jóvenes; ¿del Estado que no proporciona los medios de PREVENCIí“N social para aplicarlos en la sociedad?
Lo anterior, ¿culpa de quién? DE LOS POLíTICOS Y FUNCIONARIOS LADRONES que han despellejado al país con apropiaciones indebidas, hurtos, privatización de bienes nacionales, robos descarados (IGSS 352 millones, Congreso 82 millones, Finanzas del Ejercito XXX millones), hueveos fideicomisariados y otras formas de esquilmar el erario público en detrimento de la sociedad.
Por eso, es necesario que los candidatos presidenciales se reúnan con los jefes policiales a fin de enterarse de la verdadera realidad, para tomar en cuenta tales aspectos y planificar acciones con sus posibles funcionarios de seguridad. ¿Se dan cuenta del por qué es necesario conocer a los futuros funcionarios de seguridad? Después de eso, tal vez decidiremos por quién votar.