El magisterio, parte del cual incumplió con su obligación de enseñar a sus alumnos y faltó a un tercio de las clases que tenía que impartir este año, parece haber sido objeto de una burla de conformidad con hallazgos hechos en el Congreso de la República al conocer el proyecto de Presupuesto que presenta el gobierno de ílvaro Colom porque resulta que no hay suficiente asignación de recursos para cubrir los incrementos a los maestros y a los empleados del sector Salud.
Ciertamente el grupo de maestros que se mantuvo en paro acatando las instrucciones de la dirigencia del movimiento magisterial no fue mayoritario, y por ello en muchas de las instituciones educativas del sector público los alumnos no se vieron tan afectados, pero indudablemente que el sistema educativo en su conjunto sí sufrió las consecuencias de las llamadas asambleas permanentes que mantuvieron los más fieles seguidores de Joviel Acevedo como instrumento para presionar al Congreso de la República en el tema de la asignación de recursos. Más que un movimiento gremial, y por eso no fue unánime, fue un movimiento para apoyar a los todavía esposos Colom.
Y tanto fue así que en el Gobierno les valió madre el acuerdo para aumentar salarios y se ve que los educadores fueron simplemente un instrumento de la política electoral del Gobierno, puesto que el Presupuesto no refleja en números los acuerdos supuestamente alcanzados aunque hayan sido parte de una componenda. Ahora habría que preguntar si los piquetes de maestros que se proponían cercar la casa de los diputados hasta que aprobaran la ampliación presupuestaria irán también a la casa de Colom y a la casa de sus ministros, especialmente el de Finanzas y de la encargada de Programación y Presupuesto, para hacer la misma presión a efecto de que subsanen el aparente “olvido†que no incluyó entre las partidas del proyecto de Presupuesto General de Gastos de la Nación, la asignación para honrar lo que pactaron Acevedo y Colom.
Desafortunadamente el maestro es fiel reflejo de la sociedad y por ello no se puede esperar de ellos una reacción distinta a la de conformismo e indiferencia que tenemos todos los guatemaltecos. Así como nosotros aguantamos y soportamos que todos los días nuestras autoridades se burlen de los intereses del pueblo y de los compromisos políticos adquiridos, también ocurre que los maestros no reaccionan cuando se ven instrumentalizados y utilizados en burdas maniobras que únicamente perseguían usarlos como elemento de presión para favorecer la campaña de la esposa del mandatario que se basó en enormes inyecciones de dinero a programas clientelares para hacer crecer su imagen y en ese esfuerzo el papel del magisterio fue fundamental.
Minutero
Entre todo el gasto propuesto
parece ser un misterio
pues el pago al magisterio
no aparece en presupuesto