Mark Sánchez se miró en el espejo y pensó detenidamente en su actuación del domingo.
Fue espantosa, y él lo sabía. El quarterback de los Jets de Nueva York garabateó algunas notas en una libreta. Luego, tomó un marcador de tinta borrable y escribió algo en el espejo.
«Fue para recordarme que nunca permitiré que esto ocurra de nuevo, y para salir adelante», dijo Sánchez.
Sánchez ha escrito también mensajes cuando triunfa, pero prefiere no revelarlos sino al hombre del otro lado del espejo.
«Me guardo esto para mí», dijo.
Durante el comienzo de la temporada, el joven mariscal de campo sido golpeado, lo mismo por las defensivas rivales que por los críticos, quienes han cuestionado su capacidad.
El quarterback de ascendencia mexicana tuvo una actuación para el olvido en Baltimore, en la que completó 11 de 35 pases, para 119 yardas, con una interceptación, pero promete mejorar. Ciertamente, necesita hacerlo para el domingo, cuando los Jets (2-2) enfrenten a los Patriots (3-1) en Nueva Inglaterra.
«Si esto no vuelve a ocurrir en mi carrera me sentiré afortunado, aunque existe la posibilidad de que ello pase de nuevo en algún momento», dijo. «Pero he vuelto el miércoles, a dejar esto atrás y a decir a mis compañeros, ‘soy el indicado, no me importa lo que diga la gente, soy el titular en esto y vamos a ganar el partido»’. Eso es lo que tengo que transmitir. Esa es la confianza que debo tener y esa es la forma en que me sentí esta semana».
Sus compañeros insisten en que tienen confianza en su quarterback.
«í‰l no llegó aquí cabizbajo», dijo el centro Nick Mangold. «No llegó deprimido, sino listo para trabajar».
Por lo menos Sánchez está saludable, pese al maltrato sufrido en esta campaña. Trabaja detrás de una línea ofensiva que hasta ahora no ha cumplido con las expectativas, lo que ha incidido en que el mariscal sea capturado 11 veces en cuatro partidos.
Sánchez debió ser atendido por una conmoción cerebral después del primer encuentro de la temporada, frente a Dallas. Se golpeó el brazo de lanzar a la semana siguiente contra Jacksonville y, hace un par de semanas, sufrió una fractura nasal en Oakland.
Reconoció que es culpable de algunas de sus propias lesiones, pues se ha esforzado demasiado para mantener vivos los ataques a toda costa. Contra los Ravens, quedó claro que si sigue recibiendo semejante golpeo no terminará la temporada.
«Bajo semejante presión, Tom Brady, Peyton Manning, cualquiera tendría un mal día», dijo el entrenador Rex Ryan.
Luego de la derrota por 34-17, el wide receiver Santonio Holmes criticó a Sánchez y al resto del equipo. Dijo que debían jugar mejor para tener éxito.
Los comentarios de Holmes recibieron mucha atención de la prensa, y parecieron indicar que había discordias en el equipo.
Pero el propio Holmes lo descartó.
«Si alguien se siente mal por eso, lo siento. Pero como capitán es mi trabajo señalar esto», dijo. «Y si la prensa lo malinterpreta, me disculpo. Pero eso no significa que yo quiera provocar un ambiente negativo en mi equipo. Nunca haría eso. No me contrataron para ser ese tipo de persona».
Comentarios
Aaron Rodgers desestimó ayer los comentarios recientes de Brett Favre y dijo que prefería hablar de los logros de sus compañeros en los Packers de Green Bay que de las opiniones de su antecesor en el puesto de quarterback.
En una entrevista con la emisora 790 The Zone de Atlanta, Favre hizo declaraciones que se interpretaron como un intento sutil de menospreciar los logros de Rodgers.
Favre dijo que no le sorprendía el que Rodgers hubiera ganado un Super Bowl.
«Lo que más me sorprendió es que no lo lograra antes», dijo el ex quarterback.
El mariscal retirado opinó que Rodgers es «muy bueno», pero añadió que su sucesor «simplemente cayó en una situación muy buena», al llegar a un equipo talentoso que lo apoya.
Rodgers no quiso abordar los comentarios de Favre, salvo aquellos que elogiaban a sus compañeros.
«Diré que estoy muy orgulloso de nuestro equipo», dijo. «Hacen falta 53 hombres para ganar un campeonato».