¡Por fin la Contralorí­a!


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Ya era hora que la Contralorí­a General de Cuentas dejara de quejarse y lamentar para pasar a ejercitar su iniciativa de ley y de gestión para contener y descartar de tajo los malos manejos, mañas y triquiñuelas empleadas para evadir el control de los fondos públicos. Lastimosamente sólo se ha referido a la prohibición del uso de Organizaciones No Gubernamentales (ONG) cuando uno de los peores procedimientos para evadir controles son los fideicomisos, método predilecto de la Municipalidad de Guatemala, sin embargo, nada costarí­a agregarlos cuando se disponga lo procedente en el Congreso de la República.

Francisco Cáceres Barrios
fracaceres@lahora.com.gt

 


Ahora viene lo bueno. Dice la noticia que las bancadas mayoritarias del Poder Legislativo han ofrecido su apoyo pero, dudo que eso sea cierto, porque a la hora de votar eso se vuelve humo. Más vale ser mal pensado, porque en Guatemala a la hora de hacer lo justo, lo equitativo y saludable, todas las puertas se cierran, los honorables desaparecen y los sordos surgen por montones. Quienes se opongan a la petición de la Contralora licenciada Segura, no debieran tener escapatoria. Ya empezaron las evasivas. Aquí­ algunas que acabo de leer: “Se tomará en cuenta en el análisis presupuestario”; “se establecerá su viabilidad” o los “peros” de siempre: “Podrí­an paralizarse las obras de algunas municipalidades como de otras entidades, pues el Estado no tiene capacidad de ejecutarlas”.
    ¡Pamplinas! Hay que ponerle coto a tantas evasivas de los politiqueros de siempre cuando se trata de manejar fondos públicos con transparencia y honestidad. El pueblo, a quien se apela a la hora de votar,  también debe tomar cartas en el asunto y abandonar la cómoda postura de estar esperando que el maná caiga del cielo. ¿Alguien cree que no se puedan manejar fondos públicos cristalinamente?; ¿en qué cabeza cabe que cuando se trata de hacer las cosas como Dios manda, siempre sale el “no se puede”, “es difí­cil” o la eterna burocracia gubernamental que todo lo entrampa.
    Para nadie es secreto que las estadí­sticas no mienten. Sólo en el 2010 el 40 por ciento de ONG tuvieron reparos por malos manejos de fondos. El Estado en los últimos dos años ha utilizado cerca de 225 entidades para ejecutar obra pública que incluye construcciones de carreteras o escuelas. Unos tres mil millones de quetzales se manejaron en el 2010 por COCODES y Municipalidades y el 90 por ciento de dichas entidades fueron sancionadas por deficiencias de auditorí­a.
     ¿Entonces qué estamos esperando, a oí­r la cantaleta que no hay dinero para nada, mientras que el dinero hasta podrí­a sobrar si se manejara honesta y eficazmente? Ahora hasta hay una campaña publicitaria al aire, en donde se dice preguntar a los candidatos presidenciales de dónde saldrán los fondos para realizar sus promesas electorales. Pues la respuesta está aquí­: Saldrán de manejar los presupuestos eficaz y honradamente. ¿No es verdad señores candidatos presidenciales?