“La guerra es el arte de destruir hombres; la política, el de engañarlos†.
Este último jueves del mes de la Patria, un grupo de “estudiantes†encabezado por Karlos De Leon, candidato perdedor al Congreso de la República, secuestró tres autobuses, bajaron a los pasajeros, y los cruzaron bloqueando el paso de vehículos sobre la Avenida Petapa, frente a la Usac. Una imagen muy frecuente en los años 80 cuando la guerrilla urbana hacía de las suyas en la capital. Al mismo tiempo se veía una larga fila de personas desorientadas y perjudicadas, tratando de ubicar en dónde poder tomar su autobús para llegar a su destino, para lo que tuvieron que caminar por varias cuadras.
La Avenida Petapa quedó como alfombra para el paso de la procesión. Blanca, llena de hojas de papel bond, volantes con un mensaje, según decía de la Asociación de Estudiantes Oliverio Castañeda de León. Una escena también común cuando hacían explotar bombas panfleteras aterrorizando a los citadinos.
Y calzado en letra muy pequeña, el volante exponía el artículo 35 de la Constitución de la República relacionado con la libre emisión del pensamiento. Algo nuevo, quizás para evadir responsabilidades, como el taparse el rostro con las famosas capuchas huelgueras utilizadas para extorsionar. “Una moneda a cambio de dejar pasar tu vehículo…â€
Algunos aspectos llaman la atención, como el que utilicen un escudo de la Usac en su boletín. Universidad que paga el Pueblo con sus impuestos, por lo que me parece no es de libre uso. El que hable de “nuestros campesinosâ€, cual propiedad personal.
Agregando que “hace más de 40 años pedía lo mismito que pido ahora, trabajo, salud, seguridad y condiciones mínimas de vida dignaâ€. Y me surge la duda, pues ahora precisamente está al mando del gobierno quien dijo ser socialista de rostro maya, y tiene de asistentes, consejeros y asesores, a los mismos que hace 40 años llevaron al enfrentamiento al Ejército que defendía la soberanía del territorio nacional, contras los alzados que ocultándose entre la población campesina / indígena, huyeron cuando debieron dar la cara y defender.
Y que deja un país sin obras y una deuda de 61.9 por ciento más que como lo encontró, además de todo lo expuesto en el volante. Aunque se lleva muchas ‘sobras’, dicen que a Panamá.
En lo que sí estoy muy de acuerdo es que “aquel que no conoce su historia está condenado a repetirlaâ€.
Ninguno de los que vivimos el enfrentamiento armado, podrá olvidar. Pero si no buscamos la paz terminaremos acabándonos, en la búsqueda de la supuesta justicia social, sin llevar a cabo verdaderas propuestas de desarrollo.