Se debe regresar hasta los orígenes de la violencia con la finalidad de realizar un discernimiento de las razones del rápido florecimiento de los altos niveles de violencia en Guatemala. Se debe recordar al lector que los abuelos ladinos decían acertadamente la siguiente frase acuñada hace muchos años: “Cuando los indios abran los ojos, rodarán cabezasâ€.
Los abuelos tenían razón, sin embargo siguieron en plena discriminación de los indígenas y de la gente más pobre y esa es una de los principales generadores de la violencia, la exclusión social, es decir, la discriminación que persiste a niveles sorprendentes para cualquier persona que vive en países en donde desde hace mucho se ha logrado la integración étnica, económica y social.
Esta misma característica del guatemalteco, generalmente dada a la exclusión, es lo que ha provocado el otro elemento de los dos principales generadores de la violencia en Guatemala: La corrupción, la cual lleva implícita la falta de aplicación de la ley.
Los estudios sociológicos profundos han concluido en que la exclusión social y la falta de aplicación de la ley son las dos raíces principales generadoras de la violencia. Son dos elementos que están totalmente relacionados y se alimentan entre sí para nutrir y agigantar la violencia.
Otro factor principal es la gran desigualdad que tensa la situación social, particularmente por los grandes horizontes de pobreza que esto genera. Guatemala es uno de los países de mayor desigualdad social y económica del continente latinoamericano y, en adición el mercado laboral no suple la necesidad de la cantidad enorme de jóvenes que a diario salen en busca de trabajo, lo que abre las puertas completamente para la rampante penetración del tráfico de estupefacientes, lo cual es un disparador de violencia en todos los niveles.
Se han enumerado, someramente, únicamente cuatro factores principales que generan la violencia en Guatemala. Pregunto a los dos candidatos que ofrecen “Acabar con la violencia en Guatemalaâ€, ¿Por cuál de estos cuatro elementos comenzarán y cómo? No crea el lector que esto se acaba “matando delincuentes†porque, ¿En dónde terminan los honrados y dónde inician los delincuentes? ¿Cuál es esa frontera?
Este tema únicamente puede tocarse de una manera muy superficial en un artículo de prensa, por eso podemos decir rápidamente a los candidatos que las instituciones gubernamentales ya prácticamente no son vehículos que puedan utilizarse para gobernar al Estado, porque los flagelos de la violencia e inseguridad son impedimentos para el desarrollo de Guatemala y su seudodemocracia. El costo en vidas humanas y los costos económicos por la desestabilización de las empresas y sus obstáculos para operar, adicionado a los costos de seguridad electrónica y seguridad física es altísimo. Los recursos que deberían ser utilizados en inversión social deben desviarse en pagar seguridad en todas sus formas, incluyendo los altísimos costos de un ejército que en más de cien años no ha servido más que para degradar la economía nacional. Desde Justo Rufino Barrios en 1871 no ha habido guerras contra Guatemala.
Entonces, ¿De qué manera “acabará con la violencia†el que gane la presidencia de la República? ¿Por dónde empezará? Y si nos metemos seriamente al tema con su infinidad de implicaciones técnicas, ¿Qué hará verdaderamente el ganador, aunque tuviera la mano dura y aguado el cerebro?