Los rescatistas mantenían hoy las esperanzas de que algunos de los 18 ocupantes de un avión que se estrelló en las montañas del este de Indonesia estuvieran vivos, después de divisar el fuselaje intacto y una de sus puertas abierta.
El terreno escarpado y boscoso, además del mal tiempo, impidieron que las cuadrillas llegaran al lugar de accidente a pie, dijo Sunarbowo Sandi, director del equipo de rescate.
«Puede que tengamos que descender con cuerdas», afirmó.
El avión CASA C-212 perdió contacto con tierra el jueves temprano mientras volaba desde el norte de Sumatra hacia la provincia de Aceh. Minutos después envió una señal de alarma y enseguida desapareció del radar.
Un helicóptero divisó el aparato caído en una ladera con inclinación de 60 grados en la región de Bahorok, a 1.525 metros (5.000 pies) de altura.
Aunque la nariz y la cabina del avión estaban muy dañadas, el fuselaje y las alas quedaron intactos, dijo Robur Rizallianto, gerente de seguridad de la aerolínea, PT Nusantara Buana Air.
«Una de las puertas está abierta», agregó, insinuando que algunos de los 14 pasajeros y cuatro tripulantes pudiesen estar vivos. Cuatro de los pasajeros eran niños.
Imágenes transmitidas por MetroTV mostraron a familiares de las víctimas en el aeropuerto de Medán, desde donde había partido el avión. Los familiares, presa de nervios, exigían información sobre el destino de sus seres queridos y acusaron a la aerolínea y rescatistas de no actuar expeditivamente.
«Las condiciones climáticas son muy malas», insistió Sandi, y agregó que los vientos huracanados y la niebla espesa dificultaban llegar hasta el lugar del accidente.
Confió en que efectivos de la fuerza aérea pudiesen descender con cuerdas desde un helicóptero y construir una plataforma de aterrizaje.
El avión, fabricado en Indonesia en 1989, había sido inspeccionado el 22 de septiembre y estaba en buenas condiciones, dijo Rizallianto.