Un museo arqueológico fue inaugurado en Santa Cruz del Quiché, construido en el área del sitio sagrado de Qumarkaaj, donde además fueron culminados los trabajos de reconstrucción del campo de juego de pelota Maya, un proyecto desarrollado por el Ministerio de Cultura y Deportes con expertos del Instituto de Antropología e Historia de Guatemala (IDAEH), a un costo de 2 millones y medio de quetzales, donados por una empresa de energía renovable.
En su intervención el alcalde municipal, Delfino Natareno López, dijo que este proyecto era uno de los compromisos del programa “Gobernando con la Gente†y que afortunadamente ahora se ha hecho realidad, después de casi nueve meses de trabajo; considera que el museo da mayor importancia a la ciudad sagrada de Qumarkaaj.
En el acto de inauguración estuvo presente el viceministro de cultura, Juan Carlos Pérez Calderón, quien en su intervención rindió homenaje al antropólogo Juan Antonio Valdez, quien era director del proyecto, pero falleció el pasado 21 de julio; afortunadamente los trabajos estaban encaminados y la obra se pudo culminar.
Marco Antonio Valladares, quien sustituyó a Valdez, dijo que haber realizado un trabajo dentro de este sitio arqueológico adquiere un gran valor histórico, porque este lugar ha sido descuidado y maltratado desde la invasión de 1524; desde hace tiempo se debió hacer algo por conservar este sitio, sin embargo, no fue así, pero afortunadamente hoy si vemos el fruto de una serie de esfuerzos de muchas personas, en su mayoría originarias de Santa Cruz del Quiché.
Valladares agregó que gracias a la conformación de una asociación científica, intelectual y de trabajo, se hizo realidad este proyecto y se escogió restaurar el juego de pelota, porque era parte de los más importantes paisajes urbanos de esta ciudad antigua, además de tener una arquitectura muy interesante.
Debido al abandono de parte de las autoridades, el sito se encontraba en un estado de monticulación que con el paso de los años seguía destruyéndose, pero a través de la investigación arqueológica se determinó que quitando la tierra acumulada por cientos de años se podía recuperar y restituir todo el material derrumbado, por lo que espera que haya el apoyo necesario para continuar con los trabajos.