El Consejo de Seguridad dio hoy su primer paso para considerar el pedido palestino de plena membresía en las Naciones Unidas.
El embajador libanés Nawaf Salam, que ostenta este mes la Presidencia rotativa del consejo, anunció que transfirió el pedido palestino al comité de nuevas admisiones, que incluye los 15 estados miembros del consejo.
Es un requisito obligado por los procedimientos del consejo. El comité se reunirá el viernes para considerar la petición de membresía.
El enviado palestino Riyad Mansour agradeció al consejo por acordar con premura y unanimidad tramitar la solicitud palestina.
«Esperamos que este proceso no demore demasiado antes de ver resultados positivos», dijo a los periodistas.
El proceso podría demorar semanas antes de ser sometido a una votación final en el consejo, donde Estados Unidos prometió ejercer su derecho al veto en caso de que la membresía de Palestina obtenga la mayoría requerida de nueve votos en un total de 15.
Mansour no mencionó la oposición estadounidense, pero dijo que el proceso «avanza paso a paso y esperamos que el Consejo de Seguridad cumpla sus responsabilidades y apruebe nuestra solicitud».
Israel se unió a Estados Unidos en oponerse a la declaración unilateral palestina de membresía y su ingreso en la ONU. Su embajador ante el organismo mundial reiteró esa posición.
«Quisiera resaltar que un estado palestino viable no será logrado imponiendo cosas desde fuera, solamente mediante negociaciones directas», dijo el embajador Ron Prosor a los reporteros. «Es la única forma en que avanzaremos hacia una paz sustancial por ambas partes».
Estados Unidos y sus socios del Cuarteto para el Medio Oriente -la ONU, la Unión Europea y Rusia- han pedido a los israelíes y palestinos que vuelvan a negociar y lleguen a un acuerdo para fines del próximo año. El éxito de ese diálogo un acuerdo final podrían allanar la oposición a la membresía palestina.
Empero, los palestinos han indicado que el último plan del cuarteto para negociar no es suficiente porque no especifica dos requisitos: La aceptación por parte de Israel de las fronteras anteriores a la guerra de 1967 y que el estado judío deje de edificar asentamientos en las tierras que los palestinos reclaman para su estado.