Las principales potencias económicas mundiales han prometido hacer todo lo posible para combatir la desaceleración global y contener la crisis de la deuda soberana europea que amenaza con causar otra recesión a escala mundial.
Empero, no quedó claro si sus declaraciones contundentes serán respaldadas por acciones y medidas del mismo calibre.
El Grupo de los 20 emitió su declaración anoche y prometió que sus miembros, que representan el 85% de la de la economía global, harán todo lo posible para restaurar la estabilidad financiera y reactivas los mercados de valores, que cayeron en picado ayer ante los temores de una nueva recesión.
Los ministros de hacienda de países como Japón, Estados Unidos y Alemania, junto con los de las potencias emergentes como China, Brasil y la India, intentan demostrar su compromiso con esa promesa, esperanzados en que calmará a los inversionistas y mercados. Estados Unidos está representado por el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, y el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke.
«Hemos tomado medidas enérgicas para mantener la estabilidad financiera, restaurar la confianza y respaldar el crecimiento», indicó la declaración del G-20. «Estamos resueltos a tomar todas las medidas necesarias para preservar la estabilidad de los sistemas bancarios y mercados financieros».
La declaración no convenció a los inversionistas europeos, cuyas bolsas experimentaron modestas bajas, mientras que en Wall Street, la contratación a término apunta a una recuperación tras el varapalo que sufrió ayer la bolsa neoyorquina, que en determinado momento llegó a bajar 500 puntos pero logró cerrar con una pérdida de 391 puntos.
El ministro de Hacienda francés, Francois Baroin, dijo a la prensa que la declaración representa una «enérgica respuesta global» ante lo que consideró ser «una situación muy seria».
La declaración fue emitida antes de comenzar hoy la reunión anual del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.