La hermana Marie Simon Pierre, religiosa francesa que se recuperó de forma inexplicable de la enfermedad de Parkinson y es la pieza clave del proceso de beatificación del Papa Juan Pablo II, explicó a la prensa hoy su sanación y la atribuyó al fallecido pontífice.
«Juan Pablo II me curó. Fue obra de Dios, gracias a su intercesión», declaró a la prensa emocionada esta monja francesa de 46 años en Aix en Provence (sureste).
La religiosa, que pertenece a la congregación de las Hermanitas de las maternidades católicas y trabaja en París, superó, dos meses después de la muerte del Papa en abril del 2005, todos los síntomas de la enfermedad que sufría desde hacía cuatro años.
«No puedo decir lo que sentí realmente. Fue demasiado fuerte, demasiado grande para explicarlo con palabras (…) Estaba enferma y sané. Ahora corresponde a la Iglesia decidir y reconocer si se trata o no de un milagro», aseguró la hermana, sonriente ante las cámaras de televisión.
Su caso se ha convertido en el principal milagro recogido en la causa de beatificación de Karol Wojtyla, paso previo a su canonización,
Según explicaron los responsables del Vaticano, la hermana Marie Simon Pierre se veía cada día más debilitada por su enfermedad en el momento en el que Juan Pablo II falleció, debido la degeneración provocada también por el mal de Parkinson.
La religiosa corroboró el viernes que cuando el pontífice murió, el 2 de abril de 2005, su estado se agravó mucho y toda la comunidad comenzó a rezar con fervor a Juan Pablo II pidiendo su recuperación.
El 2 de junio de aquel año, su superiora le pidió, a modo de súplica extrema, que escribiera en un pedazo de papel el nombre de Juan Pablo II pero el resultado fue un garabato.
Horas después, la religiosa sintió en su cuarto el deseo de intentar escribir de nuevo y el resultado fue perfectamente normal.
«Vi que mi mano se deslizaba sobre la hoja de papel sujetando el bolígrafo cuando antes no conseguía escribir ni una línea ni avanzar», corroboró el viernes la religiosa, que dice sentirse «habitada» por un versículo del Evangelio de San Juan que dice: «Si crees, verás la gloria de Dios».
En estos días, la monja francesa viajará a Roma para estar presente en la conclusión de la segunda fase del proceso de beatificación de Juan Pablo II, que se celebrará el 2 de abril, exactamente dos años después de su muerte.
Sor Marie Simon Pierre no quiso dar ninguna explicación sobre su identidad o nombre de pila y se limitó a explicar que pertenecía a una familia católica practicante con cinco hijos que vivía en el norte de Francia.
El 7 de junio de 2005, esta monja paró de tomar medicamentos y un neurólogo constató «con gran sorpresa que todos los signos de la enfermedad de Parkinson habían desaparecido».
«Desde entonces, no sigo ningún tratamiento. Mi vida cambió totalmente, Fue como nacer de nuevo», concluyó.
Monseñor Slawomir Oder, encargado del informe de la canonización de Juan Pablo II, explicó que si había escogido este «milagro» por encima de otros atribuidos a Juan Pablo II no fue «por casualidad», sino para demostrar que el Papa sentía en su propia piel «la batalla por la dignidad de la vida».
El proceso de canonización, que sucede al de beatificación, suele prolongarse durante años, pero en este caso podría verse acelerado a deseo del papa Benedicto XVI.