Al menos cuatro centenares de personas murieron en tres días en Irak en una serie de atentados contra la comunidad chiíta seguidos por represalias contra los sunitas.
El último balance del doble atentado suicida que devastó ayer un mercado popular de Bagdad es de 82 muertos y 138 heridos, entre los cuales había numerosas mujeres y niños, según el último recuento obtenido hoy en los hospitales.
El anterior balance señalaba 60 muertos.
Se trata del atentado más mortífero en Bagdad después de la aplicación del nuevo plan de seguridad para la capital iraquí, el 14 de febrero, en el marco del cual están desplegados más de 80 mil soldados norteamericanos y policías.
Dos kamikazes con chaquetas llenas de explosivos se hicieron estallar en medio del mercado de Al Chaab, un barrio chiita del nordeste de Bagdad, cerca del bastión radical chiita de Ciudad Sadr, cuando los habitantes hacían sus compras antes del fin de semana que comienza hoy.
Desde el martes, unas 400 personas perdieron la vida en Irak, de las cuales al menos 155 en Tal Afar (norte) en un atentado antichiíta seguido de una masacre de sunitas en represalia.
Trece policías chiitas habían sido arrestados en el marco de esa investigación, pero fueron puestos en libertad pocas horas más tarde, oficialmente para que pudieran asistir a los funerales de sus allegados, muertos en dicho atentado.
En 2006, más de 34 mil civiles murieron en actos de violencia en Irak, 16 mil de los cuales en Bagdad, según las Naciones Unidas.
En su mayoría fueron víctimas de la violencia religiosa. Los extremistas sunitas, en su mayor parte vinculados a la organización terrorista Al-Qaeda, llevan adelante una intensa campaña de terror y atentados masivos contra los civiles chiítas.
Por su parte, las milicias chiítas y los escuadrones de la muerte, a menudo surgidos de la policía, ampliamente infiltrada, secuestran y asesinan a numerosos sunitas en represalias.
Diariamente se encuentran en todo el país decenas de cadáveres de personas asesinadas, a menudo después de haber sido torturadas.
Hoy, al menos 23 cuerpos fueron encontrados en Mosul, la tercera ciudad del país, a 370 km al norte de Bagdad. Anoche se habían hallado 25 cadáveres en Bagdad.
No obstante, estos macabros descubrimientos eran dos veces más importantes durante el período anterior a la aplicación del plan de seguridad.
«Nuestro país enfrenta numerosos desafíos, que hacen necesario un frente unido en el cual deben participar todos los iraquíes», declaró el primer ministro Nuri Al Maliki pocas horas después del atentado de Bagdad y la serie de ataques coordinados (coches bomba, obuses de mortero) que costaron la vida ayer a 43 personas en un mercado de Khales, una ciudad chiita al norte de la capital.