La segunda vuelta electoral para noviembre del presente año, abre la posibilidad de mayor discusión sobre los contenidos de los planteamientos del partido político –principalmente diseñado para la campaña electoral–, y el del potencial programa de gobierno –una propuesta un tanto mejorada del anterior–, así como permite el debate, la crítica y la profundidad de los contenidos de cualquiera de los instrumentos de planificación.
Esta segunda vuelta facilita cierta discusión alrededor de temas que son cruciales para cualquiera de los equipos de gobierno que asuma en enero de 2012, en donde los guatemaltecos deberíamos estar atentos a los enunciados de gobierno, en donde es necesario exigir mayor dimensión con respecto de su significado, su alcance, su instrumentación y sus efectos e impactos, de ser posible.
Así, por ejemplo, resulta imprescindible la discusión acerca de la reforma tributaria, elemento crucial para cualquiera de los dos candidatos, pues eludir la misma, únicamente significa postergar una de las reformas de mayor trascendencia para nuestra sociedad, pues significa uno de los pactos que mayor incidencia tendrá, no sólo para el ejercicio de gobierno del próximo período, sino implica una de las transformaciones de mayor trascendencia en términos de ingresos, egresos y presupuesto, fuera de las consideraciones técnicas alrededor del déficit fiscal, el elevado nivel de deuda interna y externa y la asignación de fondos para los sectores sociales de educación y salud, pero también involucra con mayor interés los programas sociales implementados por el presente gobierno.
Esta discusión, amén de otros temas resulta imprescindible. Principalmente cuando todos sabemos que el candidato ofrece y el presidente engaña cuando ya se encuentra en el ejercicio del gobierno y se adscribe a los dictados que los grupos oligárquicos ejercen sobre el régimen, con lo cual ocurre lo que nos ha venido pasando durante los veinticinco años anteriores; no se construye un Estado responsable y articulado; se hace más de lo mismo –no se incide con seriedad y profundidad en los graves problemas sociales–; no se busca modificar las condiciones de desigualdad social; se reincide en la corrupción entre gobernantes y el capital tradicional o emergente; y no se perfila ni se construyen las bases de sustentación para un país distinto, una sociedad diferente y una ecuación social más equilibrada.
Hoy que dos candidatos se presentan al balotaje, por medio de dos vehículos electorales, que no puede llamárseles partidos políticos, nos encontramos ante la decisión de votar por dos planteamientos coincidentes y divergentes a la vez. Son similares en términos de carencia total de ideología, caudillistas, vaciedad de contenidos programáticos, conservadores en sus orientaciones políticas y maquinarias electorales de reciente aparición –con la potencial desaparición del FRG, el PAN sería el ente más antiguo en el período democrático, hoy seguido del PP–.
Resultan planteamientos divergentes en cuanto el PP, ha centrado sus lemas de campaña en seguridad y empleo, sin precisar, ni detallar, ni mucho menos presentar una propuesta articulada en ambos problemas del país; mientras que el Lider se ha quedado en la convocatoria para la familia y el pueblo, tampoco sin mayor desarrollo. En términos de seguridad el Lider ha centrado sus planteamientos en términos de la pena de muerte, mientras que el PP únicamente habla de carácter y decisión. Sin embargo, en un ámbito se diferencian considerablemente, el PP ha presentado algunas figuras como sus cuadros que asumirán puestos en el próximo gobierno, ante lo cual se refleja mayor consistencia; mientras que en el Lider no se conocen más que algunos nombres sueltos y no conocidos. Sin embargo, esta debilidad puede ser subsanada en los próximos días.
En todo caso, los guatemaltecos deberíamos exigir no sólo el plan de gobierno; los planes contingenciales de corto plazo, sino además, cuáles se espera serán los resultados de la gestión en diferentes aspectos como la agricultura, relaciones exteriores, economía, finanzas, vivienda, seguridad ciudadana, y los equipos responsables; de otra forma, desafortunadamente, terminaremos con más de lo mismo y esta sociedad merece otro futuro.