La OIM vuelve a timar a los guatemaltecos


Oscar-Clemente-Marroquin

Es obligado recordar el cinismo con el que Gunther Messing, jefe de la misión en Guatemala de la Organización Internacional para las Migraciones, explicó por qué la entidad habí­a hecho un manejo tan corrupto del programa diciendo que en este paí­s “no hay obra sin sobra”. Aún así­, en tiempos de í“scar Berger se les volvió a contratar, pagando una jugosa comisión, para que ellos se hicieran cargo de la construcción del Puerto de Champerico, obra en la que se invirtieron 404 millones de quetzales y que resultó un absoluto fracaso.

Oscar Clemente Marroquí­n
ocmarroq@lahora.com.gt

 


Según el reportaje publicado el sábado anterior por Prensa Libre, el dinero invertido se lo llevó el mar y lo sepultó la arena. Uno supone que antes de hacer una inversión de ese calibre se hacen estudios de factibilidad y se determina si es posible la ejecución fí­sica del proyecto, pero evidentemente a la OIM y sus funcionarios en Guatemala les importó un pepino todo. Seguramente que para ellos lo único importante era la comisión que le cobran al Estado de Guatemala por “manejar”, lo cual es un decir para no hablar de ocultar y ensuciar, el dinero del erario.

Pero lo más grave de todo es que sabiendo lo que se sabe, y que no es primer caso ni por asomo, ninguno de los candidatos en contienda haya tomado una postura no sólo en cuanto a exigir rendición de cuentas a la OIM con todo y su escudo diplomático, sino para no volver a contratar a esa y otras entidades que, junto a los fideicomisos, son el gran escape para que la corrupción se concrete sin que ni siquiera la Contralorí­a pueda tratar de meter las manos.

Preguntados los funcionarios de la OIM sobre qué jodidos tení­an que estar haciendo ellos construyendo un puerto si su función es atender el tema de las migraciones, con todo cinismo, emulando a Mussing, dicen que lo hicieron porque hay pescadores de Champerico que se van mojados, porque no hay trabajo y que para combatir la migración se comprometieron a contratar a las empresas holandesas que se embolsaron el dinero sin entregar obra a cambio.

Tiene que haber alguna responsabilidad civil por un trabajo mal hecho que costó 404 millones de quetzales, no digamos las penales correspondientes que se debieran extender a esos funcionarios diplomáticos que se escudan en su inmunidad para robarle a los guatemaltecos. No tenemos por qué tener consideraciones con esos sinvergí¼enzas que se convierten en cómplices de los corruptos de Guatemala para tapar cuanta cochinada se les ocurra y en ese campo no es únicamente OIM la que sale a bailar, sino que abundan ejemplos de otras entidades que igualmente se comportan en forma realmente vergonzosa.

De este gobierno no se puede esperar ya nada porque se están lavando las manos y no quieren tomar decisiones.

Me imagino que únicamente en el caso TOMZA el Presidente mostrará su última definición al aprobar ese proyecto repudiado por tirios y troyanos, pero que es pago de los favores que le hicieron y que no se limitan únicamente al uso del avión privado. Pero es tiempo de que los dos candidatos que aspiran a sucederlo nos digan si continuarán usando a pí­caros como los de la OIM o de otras instituciones internacionales para que les tapen sus cochinadas. Que nos digan si continuarán con los fideicomisos que todo lo enturbian; ya se sabe que de un fideicomiso de la Municipalidad capitalina saldrá el dinero para que los unionistas que no llegaron reciban algún ingreso luego del fracaso del partido y eso es apenas una muestra más de cómo se distorsiona el manejo de las finanzas públicas con actos de corrupción. Es urgente exigir y ponerle fin a tanta cochinada.