CXC años de Independencia


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Nuestra amada Guatemala, el 15 del presente mes estuvo cumpliendo 190 años de haberse independizado de España, la que pasó a ser la “Madre Patria”, y que ahora es la “Hermana Grande:” palabras del rey Juan Carlos cuando estuvo aquí­ en Guatemala.

José Antonio Garcí­a Urrea

 


Mucho se ha escrito alrededor de esta efeméride patria, en la que se expone todo lo que se empeñaron para lograrla los verdaderos próceres anónimos que sufrieron persecución y cárcel, cuyos nombres no figuran en la placa del Obelisco, en donde están los que no debieran de figurar, porque de acuerdo con lo que también está escrito, más que próceres fueron aprovechados de la gesta cí­vica civil.

La fecha para nosotros es sagrada y tiene que llenarnos de júbilo. Recuerdo que cuando era jovenzuelo, en la actualidad no sé si todaví­a se hace así­, porque como estoy fí­sicamente limitado para movilizarme hacia esos sitios, la noche del 14 de septiembre habí­a gran concentración de gente en el Parque Central, a las doce de la noche pues habí­a coheterí­a. Los cadetes enarbolaban la Bandera en el asta del Parque, habí­a veintiún cañonazos, y alguien, no recuerdo quién, en el balcón principal del Palacio Nacional daba lectura al Acta de la Independencia.

Al concluirse este acto histórico protocolario, empezaban a tocar las diferentes marimbas colocadas en el entorno y los asistentes bailaban con sus parejas o las buscaban entre las asistentes a la ceremonia.

Recuerdo que también habí­a concurso de arreglos patrios en los escaparates de los almacenes a lo largo de la sexta avenida y calles adyacentes, una comisión especial los visitaba para otorgar los tres lugares ganadores. Se sentí­a el fervor patrio que poco a poco se ha ido perdiendo por la transculturación y porque las autoridades gubernativas a quienes les corresponde mantener viva esa llama, la ignoran.

Afortunadamente en estos dí­as he visto que el espí­ritu nacionalista está resurgiendo en las nuevas generaciones, se habla bastante de Guatemala, se muestra en los medios diversos lo que es de bella nuestra Patria, se dice sentirse orgulloso de ser guatemalteco, de ser chapí­n. El cantautor Nelson Leal compuso la canción: “Orgulloso de ser chapí­n”, que la vimos por televisión cantarla a un gran número de niños, ¡qué hermoso! Si aún se practica el Lunes Cí­vico en Escuelas Públicas, Institutos y Colegios Privados, después de la Jura a la Bandera, entonación de nuestro bello Himno Nacional, deberí­a cantarse esa canción: “Orgulloso de ser Chapí­n”, para que nuestros niños desde preprimaria la canten y se les grabe en su sentimiento ese orgullo.

Extendiéndome un poco más considero que en las playeras de venta libre, serí­a bueno que se imprimieran frases como: “Orgulloso de ser chapí­n”, “Soy puro guatemalteco”, Guatemala es mi bella Patria” y otras que se ocurrieran para exhibirlas por todas partes. Esto debe extenderse a todo el paí­s, y si no fuera mucho pedir, traducirlo a los diferentes idiomas mayas, pues todos quienes habitamos esta tierra somos guatemaltecos, sin discriminación.

Recuerdo que en un tiempo nuestro sagrado Himno Nacional se tradujo a esos idiomas, pues a los mayas se le ha tenido relegados incluyendo el sentido patriótico. Me contó un maestro que en los lugares limí­trofes con México, nuestro  Himno se cantaba con la música del himno mexicano en unos municipios y en otros con la música del son del Zompopo, tal vez todaví­a se haga.

No sé qué idea tendrán los finalistas presidenciales con respecto al rescate de nuestra nacionalidad para que dejemos de ser  extranjeros en nuestra Patria, nada de eso se ha escuchado en sus peroratas propagandí­sticas, tal vez ahora que se disputan la llegada al guacamolón se les ocurra plantearlo, y sobre todo, cumplirlo, por aquello de cuando era primoestudiante, en la escuela nos enseñaban que: “Ofrecer y no cumplir, es engañar y mentir”.

Ojalá que algún  dí­a, pudiera ser el año entrante, para los 191 años de nuestra Independencia, ya se haga justo reconocimiento a todos esos esforzados Próceres,  para que no sigan olvidados y en el Obelisco se coloque una placa de bronce con todos sus nombres, que no son solo de Guatemala sino de las otras repúblicas centroamericanas.