Michael Vick hechizó a los fanáticos en el Georgia Dome durante seis temporadas. Muchos de ellos se sintieron traicionados por los sucesos posteriores que enviaron al quarterback a la cárcel por organizar peleas de perros.
Vick regresa el domingo como la estrella de los Eagles de Filadelfia, y posiblemente tendrá un recibimiento cordial de parte de los fanáticos de los Falcons de Atlanta.
Su popularidad sigue vigente en Atlanta, a pesar de lo que pasó, y fue mayormente vitoreado hace dos años cuando visitó a los Falcons como el tercer quarterback de Filadelfia. En ese encuentro, lanzó para una anotación y corrió para otra en una victoria 34-7.
Ahora, ha vuelto a ser toda una estrella.
«En realidad no he pensado en eso y no quiero hablar de eso», señaló Vick. «Todavía quiero mucho a los fanáticos de allá, pero tienen que tomar en cuenta que ahora juego por otro equipo. No creo que me apoyaren porque ahora voy a estar todo el partido, pero ya veremos. Esa es la parte divertida de este deporte, y ya veremos qué pasa».
Disfrutar de otro día en Atlanta, o en cualquier escenario, parecía ser una situación imposible para Vick tras ser descartado por los Falcons y luego por la NFL.
Ahora, tiene un nuevo contrato por 100 millones de dólares, y es la figura central de un equipo que se reforzó hasta los dientes en la agencia libre y que envió a su suplente Kevin Kolb a Arizona.
«Volver como titular es distinto a 2009, cuando jugué un poquito y sólo puede hacer un par de jugadas», indicó. «Ya superé el aspecto emocional, pero será fabuloso volver al estadio, jugar contra un ex equipo, tener la oportunidad de enfrentar a algunos muchachos con los que jugué. Será distinto como titular, pero también será divertido».
También es un partido importante entre dos de los favoritos en la Conferencia Nacional, especialmente después que los Falcons perdieron la semana pasada ante Chicago, mientras que Filadelfia derrotó a San Luis.
En otros partidos el domingo, Seattle visita a Pittsburgh, San Diego a Nueva Inglaterra, Green Bay a Carolina, Chicago a Nueva Orleáns, Baltimore a Tenesí, Kansas City a Detroit, Jacksonville a los Jets de Nueva York, Oakland a Buffalo, Tampa Bay a Minnesota, Cleveland a Indianápolis, Dallas a San Francisco, Arizona a Washington, Houston a Miami y Cincinnati a Denver.
San Luis visita a los Giants de Nueva York el lunes por la noche.
De vez en cuando, la ofensiva de los Steelers de Pittsburgh desaparece de los partidos, aunque usualmente no tiene mucha importancia porque la defensa salva el día.
Por eso el revés 35-7 ante Baltimore el fin de semana pasado es una señal de alerta, ya que la ofensiva perdió el balón en siete ocasiones, perdió a su tackle derecho Willie Colón por el resto de la temporada, y la defensa fue humillada por los Ravens.
Por su parte, el duelo entre San Diego y Nueva Inglaterra, presenta a dos de las ofensivas más entretenidas de la NFL.
Tom Brady lanzó para 517 yardas por aire la semana pasada en el triunfo sobre Miami, y nadie se atrevería a apostar en contra del mariscal de los Patriots tomando en cuenta el buen momento que atraviesa desde el año pasado.
«Cuando tienes un quarterback que juega al nivel de Tom Brady, (si) no lo presionas y lo incomodas un poco, vas a tener un día terrible», señaló el entrenador de los Chargers, Norv Turner.
San Diego también cuenta con una ofensiva temible encabezada por Philip Rivers, quien lanzó para 335 yardas en una victoria sobre Minnesota.