El gobierno socialista español votó hoy adoptar nuevamente un impuesto al patrimonio alegando que las personas de mayores ingresos deberían hacer un esfuerzo mayor ante la crisis económica que padece el país, que sufre el mayor desempleo de Europa.
El gabinete aprobó el nuevo impuesto al patrimonio mediante un real decreto y lo pasará la próxima semana al parlamento.
La legislatura será disuelta a fines de mes en preparación a los comicios generales del 20 de noviembre, donde un desempleo superior al 21% será el tema clave, junto con un anémico crecimiento económico tras dos años de recesión y la posibilidad de que España sea el próximo país de la eurozona que necesite un rescate financiero.
Los detractores del nuevo impuesto insisten que las personas más acaudaladas tienen sus fortunas invertidas en fondos especiales que apenas pagan cargas fiscales.
El nuevo impuesto al patrimonio estará vigente el 2011 y 2012, siendo imponible solamente a las rentas personales superiores a los 700.000 euros (963.000 dólares), siete veces más que el primer impuesto de este tipo. Según el gobierno solamente lo pagarán 160.000 personas.
El presidente de Banco de Santander, Emilio Botín, uno de los hombres más ricos de España, dijo haber quedado muy decepcionado con el nuevo impuesto.
«Lo dije una vez y lo vuelvo a repetir ahora. Creo que es una idea muy mala su readopción», dijo Botín al inaugurar una galería de arte en Santander, su ciudad natal.
El salario medio español es de unos 20.000 euros (27.520 dólares) anuales.
«Hay millones de españoles que estarían encantados por tener que pagar este impuesto», dijo el portavoz del gobierno y ex ministro de Fomento José Blanco tras el consejo de ministros del viernes.
La oposición consideró que el nuevo impuesto es un esfuerzo desesperado de los socialistas para aplacar al electorado izquierdista, furioso por las medidas de austeridad como la reducción del sueldo de los funcionarios civiles, ampliación de la edad mínima para la jubilación y la reforma del mercado laboral.
Soraya Sáenz de Santamaría, vocera del opositor Partido Popular, favorito en las encuestas de cara a las elecciones generales de noviembre, dijo que el presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y su partido están dedicados «a la improvisación política para tener contenta a su gente».
Zapatero suprimió el impuesto en el 2008 por considerar que castigaba desproporcionadamente a la clase media y a la que ahorraba.
Ahora necesita 1.100 millones al año de ingresos fiscales adicionales.