Preocupados por males crónicos e inactividad


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Durante décadas los lí­deres mundiales han centrado sus esfuerzos en contrarrestar las enfermedades contagiosas como el sida, la malaria y la tuberculosis, las cuales han logrado controlar con vacunas y mejores tratamientos, pero ahora se enfrentan a una nueva serie de males crónicos como las afecciones al corazón, los pulmones y el cáncer.

Por MARILYNN MARCHION Agencia AP

Seis por ciento de todas las muertes se atribuyen a la inactividad fí­sica siendo el cuarto riesgo de salud a nivel mundial, destaca la Organización Mundial de Salud en su sitio de internet. Agrega que el incremento de la actividad trae beneficios de salud en todas las edades y reduce la mortalidad a causa de los males crónicos.

El cáncer, la diabetes y los males cardí­acos y pulmonares son causantes de dos tercios de las muertes en el mundo, unos 36 millones de personas. En Estados Unidos, fallecen 9 de cada 10 personas.

Los lí­deres mundiales abordarán esta problemática en la primera cumbre sobre enfermedades no transmisibles en la sede de Naciones Unidas de Nueva York, el 19 de septiembre, antes del inicio de la Asamblea General.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha llamado a este problema «una emergencia de salud pública en cámara lenta». En la cita de salud no se hablará de los microbios sino de medidas para cambiar nuestros malos hábitos de vida, como el fumar, comer demasiado y hacer escaso ejercicio.

Es difí­cil comprender los sufrimientos que esos males están causando en algunas partes del mundo.

Por ejemplo, en lugares como Centro y Sudámerica, el patrón de cáncer es casi similar al de América del Norte. Sin embargo, el cáncer de cuello uterino se presenta con mayor incidencia en las mujeres de ciertas áreas. Y el acceso al cuidado de salud es más limitado en algunos paí­ses por los bajos recursos económicos.

El doctor íngel Sánchez, voluntario de los Cuerpos Internacionales de Cáncer de la Sociedad Estadounidense de Oncologí­a Clí­nica, explicó sobre las condiciones de un hospital de Honduras, donde se presentan más de 700 nuevos casos cada año, pero solo hay dos oncólogos para atenderlos.

Hasta hace pocos años, Etiopí­a solo contaba con un especialista en cáncer, el doctor Bogale Solomon que debí­a atender a más de 80 millones de personas.

«Ahora tienen otros tres oncólogos», dijo Solomon, y esos cuatro médicos se esfuerzan para tratar a los pacientes de un paí­s donde los medicamentos para el cáncer y los calmantes son muy escasos.

Wondu Bekele llevó a su hijo de 2 años, Mathiwos, a ese único centro de cáncer en Adis Abeba, cuando el niño desarrolló leucemia. El padre desesperado recibió consejos del Hospital de Investigación Pediátrica de Saint Jude en Estados Unidos, gestionó la obtención de drogas para la quimioterapia desde India y, contra todos los pronósticos, logró que su hijo recibiera tratamiento.

Pero el menor falleció porque el hospital no tení­a un pabellón aislado que lo protegiera contra infecciones propagadas por otros pacientes. El padre fundó una sociedad de atención al cáncer en nombre de su hijo y representará a organizaciones similares en la reunión de la ONU.

Los defensores de estas causas podrí­an tener dificultades para lograr avances en la ONU. De cara al encuentro, varios funcionarios clave no han alcanzado un acuerdo sobre metas especí­ficas, como la reducción de la incidencia de ciertos padecimientos o de factores de riesgo, como el tabaquismo.

Y la economí­a mundial pasa por turbulencias, por lo que serí­a mucho más difí­cil encontrar dinero para cumplir cualquier objetivo.

«El momento es adverso, por la situación de la economí­a, pero ello no deberí­a impedir que fijemos metas», dijo el doctor Sidney Smith, quien encabeza la Federación Mundial del Corazón, que agrupa a más de 200 organizaciones concentradas en el combate a padecimientos cardiacos.

Es apenas la segunda vez que la ONU aborda en una cumbre un problema de salud. La anterior, en el 2001, llevó a la creación del Fondo Global para el Combate del Sida, la Tuberculosis y la Malaria, con miles de millones de dólares de gobiernos y grupos privados, como la Fundación Bill & Melinda Gates.

Ahora, incluso los paí­ses ricos tienen poco efectivo disponible, y se desconoce si intervendrán las organizaciones privadas. Sobre si la reunión de la ONU alterarí­a sus proyectos, la Fundación Bill & Melinda Gates respondió negativamente.

En el mundo, los padecimientos relacionados con derrames cerebrales y problemas cardiacos representan casi la mitad de todas las muertes por enfermedades no infecciosas —17 millones tan sólo en el 2008, informó la Organización Mundial de la Salud (OMS). Les siguen el cáncer, con 7,6 millones de decesos, y las enfermedades respiratorias como el enfisema pulmonar, con 4,2 millones. La diabetes causó 1,3 millones de muertes en el 2008, pero la cifra es engañosa, pues la mayorí­a de los diabéticos muere por problemas cardiovasculares.

En la India, el gobierno ha iniciado un proyecto para la detección de la diabetes y la presión alta. Hay 51 millones de diabéticos en la India, que ocupa la segunda posición en incidencia del mal después de China. El cáncer de pulmones es el tipo más común en la India entre los hombres, mientras que las mujeres padecen de cáncer de cuello uterino.

El doctor John Seffrin, director general de la Sociedad Estadounidense de Cáncer, destacó que la cumbre de la ONU debe guiar a lograr objetivos especí­ficos y más dinero, o la ocasión de marcar un hito histórico se perderá por otras décadas.

«Deberí­amos lograr algo. Una resolución sola no es suficiente», agregó.