Los cancilleres de la Unión Europea abren mañana en Bremen (norte de Alemania) una reunión informal de dos días centrada en la cuestión de Kosovo, cuya «independencia supervisada» recomendó esta semana el mediador de la ONU, y las relaciones del bloque con el nuevo gobierno palestino de unión nacional.
Para los 27 será la primera discusión sobre la provincia serbia de mayoría albanesa luego de que el mediador de la ONU, Martti Ahtisaari, presentase su propuesta final en la que se refiere a la independencia como «la única solución viable» para Kosovo, una visión respaldada por la UE y Estados Unidos, pero fuertemente rechazada por Serbia y su aliada Rusia.
En la carta de invitación para el encuentro de Bremen, el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, cuyo país preside la UE, manifestó su esperanza de que las discusiones sirvan para reforzar la «unidad» del bloque en esta cuestión clave para la estabilidad de los Balcanes.
Pero si la UE siempre ha apoyado el trabajo de Ahtisaari, existen diferencias de matices en cuanto a la posición de los 27.
España, por ejemplo, ha pedido para Kosovo una solución «negociada entre todas las partes», teniendo en cuenta las repercusiones que este caso puede tener para las ambiciones independentistas en el País Vasco (norte) o en Cataluña (noreste).
Eslovaquia, de su lado, adoptó ayer una declaración en su parlamento en la que rechaza una «independencia absoluta e ilimitada» para Kosovo.
Oficialmente provincia serbia, Kosovo está administrada por la ONU desde 1999, tras los bombardeos de la OTAN para detener la represión del régimen de Slobodan Milosevic contra la guerrilla de los separatistas albaneses.
El plan para llevar a la provincia serbia a una independencia supervisada debería ser tratado por el Consejo de Seguridad en mayo, y para obtener un voto favorable la UE y Estados Unidos deberán convencer a Rusia, que tiene derecho de veto y apoya a Serbia.
Ayer, el presidente ruso, Vladimir Putin, expresó a su homólogo estadounidense, George W. Bush, la oposición de su país ante cualquier resolución impuesta en Kosovo contra Serbia.
Un día antes, el representante ruso ante la ONU, Vitaly Churkin, había pedido al Consejo de Seguridad que envíe una misión a Belgrado y Pristina, antes de examinar el informe de Ahtissari.
En medio de estas difíciles negociaciones, la UE debe comenzar a preparar la operación civil, de policía y justicia, que tendrá a su cargo una vez que se decida el nuevo estatuto de los kosovares.
El comisario europeo de Ampliación, Olli Rehn, y el Alto Representate de la UE para la Política Exterior, Javier Solana, prepararon un documento sobre el tema para presentar a los ministros en Bremen.
«No tenemos derecho al fracaso. De ello depende el futuro de la estabilidad de los Balcanes», advirtió en ese sentido Solana.
Durante su reunión, los 27 tienen previsto analizar además sus relaciones con el nuevo gobierno palestino, confirmando la reanudación de contactos con los ministros que no pertenezcan al movimiento islamista Hamas.
En ese marco, mantendrían el mecanismo creado en junio pasado para ayudar financieramente a los palestinos sin pasar por el gobierno integrado por Hamas, a la espera de el mismo renuncie a la violencia y reconozca al Estado de Israel y los acuerdos israelo-palestinos ya firmados.