Mueren 75 al estallar tuberí­a de gasolina en Kenia


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Una tuberí­a industrial de gasolina con fugas estalló hoy en la capital de Kenia, convirtiendo parte de un barrio pobre en un infierno que dejó 75 muertos y más de 100 heridos.

Las llamaradas se extendieron en un radio de unos 275 metros (300 yardas), incendiando viviendas precarias y calcinando a decenas de personas. Posteriormente los periodistas vieron huesos ennegrecidos y grupos de cuerpos incinerados, algunos de ellos flotando en un arroyo cercano lleno de aguas inmundas.

Por TOM ODULA NAIROBI / Agencia AP

Los hogares habí­an sido construidos justo hasta donde estaba el oleoducto, dijeron los residentes.

«He perdido la cuenta del número de cadáveres», indicó Wilfred Mbithi, el policí­a a cargo de las operaciones de rescate. «Muchos se arrojaron al rí­o para intentar apagar las llamas que traí­an».

La funcionaria de la Cruz Roja, Pamela Indiaka, expresó que esa organización estaba suministrando bolsas para cadáveres y que habí­a contabilizado 75 cuerpos. Dijo que la cifra de muertos por la explosión podrí­a aumentar.

El comisionado provincial Njoroge Ndirangu informó que se han recuperado al menos 61 cadáveres, pero advirtió que la cifra de fallecimientos aumentará.

Cerca de allí­, una mujer joven se abrí­a paso entre maderos aún en brasas, gritando. Otros deambulaban entre los restos del desastre, marcando frenéticamente números telefónicos que no funcionaban o mirando a su alrededor sin dar crédito.

Las brasas aún ardí­an entre los restos retorcidos de las láminas de hierro corrugado y objetos desperdigados. Habí­a poca visibilidad debido a la lluvia y el humo.

El residente Joseph Mwangi, de 34 años, dijo que estaba alimentando a su vaca cuando vio a gente que corrí­a a su alrededor, gritando que habí­a una fuga en el oleoducto. Dijo que otros comenzaron a tomar combustible y que él iba a obtener una cubeta para ir también cuando escuchó una explosión alrededor de las 9 de la mañana.

Para entonces el combustible se habí­a filtrado al arroyo y partes de éste estaban encendidas. La gente en llamas saltaba a esa ardiente y apestosa mezcolanza, agregó.

Momentos después, Mwangi descubrió dos pequeños cadáveres calcinados entre los restos quemados de su casa.

«Esos eran mis hijos», dijo inexpresivamente antes de caer sollozando al piso.

La Cruz Roja efectuaba operaciones de búsqueda y rescate y estableció dos tiendas para dar primeros auxilios y asesorí­a psicológica, dijo Bernard Magila, que estaba ayudando en el operativo.

«Este es un accidente terrible», afirmó el primer ministro Raila Odinga, quien visitó a los heridos en el hospital.

Señaló que el gobierno pagará los gastos médicos de los heridos y compensará económicamente a los que perdieron a familiares y también dijo que fue a las oficinas de la Kenya Pipeline Company, operadora del oleoducto.

Allí­ le explicaron que la explosión fue provocada por una fuga hasta las aguas negras cercanas, explicó. Los trabajadores que respondieron los teléfonos declinaron comentar al respecto y tampoco quisieron dar sus nombres.

«Habrá una investigación adecuada», afirmó Odinga.