A segunda vuelta


Editorial_LH

Luego de conocerse los resultados electorales de ayer, el paí­s se dirige a una segunda vuelta electoral entre el candidato Otto Pérez Molina, del Partido Patriota, y Manuel Baldizón, del partido Libertad Democrática Renovada. La diferencia entre ambos contendientes en la primera vuelta pasa del medio millón de votos y aunque hay un efectivo y real borrón y cuenta nueva, no se puede pasar por alto que el segundo lugar tiene que superar por lo menos esa barrera.

 


En Guatemala no existe un sistema de partidos polí­ticos en el que los afiliados puedan ser objeto de una negociación entre las partes. Por lo tanto aunque los candidatos entre sí­ se pongan de acuerdo y obtengan algunos apoyos importantes para la segunda vuelta, no se garantiza el endoso de los votos obtenidos en primera vuelta porque no existe un voto duro, producto de la larga afiliación a un partido polí­tico, sino que los votos son fundamentalmente emotivos y eso se ha de repetir en la segunda vuelta.

Aunque históricamente el ganador de primera vuelta generalmente gana las elecciones, hay una notable excepción con el caso de Jorge Serrano Elí­as, quien derrotó a Jorge Carpio Nicolle en segunda vuelta pese a que Carpio le habí­a sacado siete puntos porcentuales de ventaja en la ronda inicial de los comicios. En el caso presente ese medio millón de votos significa alrededor de trece por ciento a favor de Pérez Molina.

Los votos nulos y votos en blanco emitidos en la jornada de ayer, casi equivalen, sumados, a ese medio millón y pico de votos que constituye la ventaja. Cuántos de esos votos fueron en respuesta al llamado de Sandra Torres y si ella podrá negociar con Baldizón para la segunda vuelta es una incógnita interesante y que habrá que despejar en los próximos dí­as.

En todo caso, los ciudadanos tendremos oportunidad de seguir escuchando ofrecimientos electorales respecto a los temas fundamentales del paí­s y es deseable que al reducir el número de contendientes, tanto los medios como los candidatos mismos, puedan ser más puntuales para analizar los temas de interés nacional. Esta no debiera ser una campaña de canciones y música, sino de propuesta y discusión seria entre los contendientes y es deseable que haya un gran número de foros y debates para que se pueda profundizar en el análisis de los grandes temas.

Lo más importante es que ambos candidatos nos digan no sólo qué está en su plan de trabajo, sino cómo lo piensan hacer y cuánto costará financiar cada programa y de dónde saldrá el dinero para hacerlo. Es un momento importante para lograr algunos compromisos y dependerá de los ciudadanos y su nivel de exigencia el tono que mantengan los candidatos.

Minutero:
Tras el chorro de millones
no hubo ganador
y a gastar otros montones
para ganarse el favor