Irán no cede


Rechazo. Estudiantes iraní­es manifestaron en Teherán contra la posible liberación de los militares británicos.

Irán se retractó hoy de su promesa de liberar a la única mujer entre los 15 marinos británicos apresados alegando la actitud «incorrecta» del gobierno de Londres, y provocó una nueva crispación en la crisis desencadenada por la captura de estos militares.


«La actitud de Londres es una escalada», acusó Alí­ Larijani, secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional iraní­. «En lugar de enviar un equipo técnico para examinar el problema han hecho un alboroto mediático, anunciado el congelamiento de las relaciones y hablado del Consejo de Seguridad», agregó.

«Mencionamos preparativos con vistas a la liberación de la joven británica pero debido a esta actitud incorrecta, no se producirá», agregó mientras daba a entender incluso que los marinos podrí­an ser procesados.

La ví­spera el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores Mohamad Alí­ Hosseini afirmó que la militar Faye Turney, de 26 años, iba a ser liberada «en uno o dos dí­as» tras la difusión en una cadena de televisión iraní­ de las primeras imágenes de los marinos desde su captura el 23 de marzo en el Golfo.

Gran Bretaña, que mantiene que sus marinos fueron capturados en aguas territoriales iraquí­es cuando Teherán asegura que ocurrió en aguas iraní­es, se negó a reaccionar inmediatamente a este anuncio.

Londres anunció ayer que congelaba sus relaciones oficiales con Irán y pidió al Consejo de Seguridad de la ONU que apoyara sus demandas de liberación inmediata.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, habló de la crisis con el jefe de la diplomacia iraní­, Manuchehr Mottaki, en Riad, donde se lleva a cabo la cumbre árabe.

La difusión por la televisión oficial Al Alam de imágenes de los cautivos, entre ellos Faye Turney, provocó la ira del gobierno británico.

La mujer, casada y madre de una niña de 3 años, aparece cubierta con un velo y admite en una declaración en inglés y en una carta a su familia que se le atribuye, que los marinos entraron efectivamente en aguas iraní­es.

Londres protestó de inmediato, asegurando que las imágenes son «completamente inaceptables». La ministra de Relaciones Exteriores, Margaret Beckett, se dijo «muy preocupada» por «toda indicación de presión» a ciudadanos británicos.

Los británicos no han olvidado que ocho de sus soldados fueron capturados en junio de 2004 en aguas iraní­es y liberados tres dí­as más tarde tras haber sufrido un simulacro de ejecución.

Durante la mañana, una decena de estudiantes islamistas se manifestaron frente al ministerio de Relaciones Exteriores en Teherán para pedir que los marinos sean presentados ante la justicia y la ruptura de las relaciones diplomáticas. En una pancarta uno de ellos pedí­a incluso «la ejecución de los agresores británicos».

En otra señal de crispación, el cónsul de Irán en Basora, en el sur de Irak, acusó a las fuerzas británicas de haber invadido brevemente sus oficinas, lo cual fue desmentido por el ejército británico.

Europeos y estadounidenses, que se enfrentan a Irán por su programa nuclear, respaldaron a Londres.

El alto representante de Polí­tica Exterior y Seguridad de la Unión Europea (UE), Javier Solana, indicó que ayer dijo en Riad al canciller iraní­, Manuchehr Mottaki, que «la solidaridad europea será total en este asunto».

Y el presidente estadounidense, George W. Bush, cuya marina efectúa importantes maniobras frente a la costa iraní­, transmitió su total apoyo al primer ministro británico, Tony Blair.

El asunto de los marinos capturados tiene repercusiones en los precios del petróleo, que seguí­an subiendo ayer y se situaban por encima de los 66 dólares en Londres y de los 64 dólares en Nueva York.

Estratégico

El rí­o fronterizo irano-iraquí­ Chatt Al Arab, donde 15 marinos británicos fueron capturados el 23 de marzo por barcos iraní­es, es una ví­a navegable estratégica que representa históricamente una fuente de conflicto entre Irán e Irak.

Este rí­o, estuario del Tigris y del Eufrates, pulmón económico y único acceso marí­timo de Irak con el puerto de Um Qasr, en el Golfo, en el extremo sur, se encuentra en un lugar vital para la salida del petróleo.

Tiene 200 km y se encuentra cerca de los yacimientos de la Baja Mesopotamia, los más importantes del paí­s.

El «Acuerdo de Argel» de 1975 estipulaba que la frontera entre Irán e Irak pasaba por el thalweg (la lí­nea más profunda) de Chatt Al Arab, generalmente por el medio. Pero a veces esta frontera es difí­cil de determinar en forma precisa y da lugar a interpretaciones divergentes.

En lo que especta a los barcos de guerra extranjeros, el artí­culo 7 precisa: «Cada una de las dos partes contratantes podrá autorizar la entrada a Chatt Al Arab de los barcos militares extranjeros de visita a esos puertos a condición de que esos buques no pertenezcan a un paí­s en estado de beligerancia, de conflicto armado o de guerra con una de las partes contratantes, y que se haya realizado una notificación previa a la otra parte en un plazo que no podrá ser inferior a 72 horas».

El 17 de setiembre de 1980, el «Acuerdo de Argel» fue denunciado unilateralmente por el presidente iraquí­ Saddam Hussein. A partir de ese momento, Irak e Irán entraron en una guerra que duró ocho años. Toda la región, sobre todo las «ciudades mártires», Basora (Irak) y Abadán (Irán), así­ como la Pení­nsula de Fao, fueron devastadas por encarnizados combates.

Sin embargo, ese acuerdo fue rehabilitado después de la guerra. En 1990, Irak renunció oficialmente a sus pretensiones de 1980.

El rí­o Chatt Al Arab riega la región de Juzistán sur, que alberga el puerto de Basora, así­ como la Pení­nsula de Fao, donde pasan los oleoductos hacia los terminales petroleros iraquí­es «offshore».