A veinticinco años de distancia no es aventurado afirmar que el grupo político ultraderechista del Alcalde de la capital de Guatemala, ílvaro Arzú, ha fracasado al frente del desarrollo del gobierno municipal, pues el balance de su gestión es de pobres resultados, destacando esencialmente obras de “relumbrón†o de maquillaje. Por eso es que el ingenio chapín lo ha bautizado como “el jardinero de la ciudadâ€.
Desde hace un cuarto de siglo, este grupo político no ha podido resolver problemas cruciales como el del transporte público por camionetas, en las cuales los pasajeros van colgando de las puertas, y el basurero en pleno corazón de la metrópoli que ha agudizado el panorama medioambiental.
Asimismo, desde hace dos años la Muni no presta el servicio de barrido de las calles en numerosos puntos de la ciudad, tal el caso de las colonias de la zona 17. De acuerdo con el artículo 68 del Código Municipal, entre las competencias propias del municipio sobresalen, además del abastecimiento domiciliario de agua potable, la limpieza y el ornato. Es contradictorio que el Alcalde salga ofreciendo la ciudad del futuro, cuando ni siquiera está cumpliendo con prestar el servicio de barrido municipal. Los vecinos están hastiados de los mismos en la Municipalidad. El desencanto con las políticas edilicias, es de gran dimensión, y la necesidad de cambio también.
Probablemente Arzú nunca antes vio tan amenazada su ambición de continuismo como en la presente campaña electoral, que está haciendo hasta lo imposible por aferrarse al hueso municipal, con promesas demagógicas como la de instalar dispensarios municipales en cada zona de la ciudad, cuando fue su propio grupo político el que suprimió algunos de ellos para convertirlos en oficinas de la Policía Municipal de Tránsito. Un ejemplo es el de la delegación norte de esa policía que funciona cerca de la Iglesia La Parroquia zona 6. Allí existía antes un dispensario municipal que era herencia del Alcalde Manuel Colom Argueta.
Pero sin duda, uno de los principales tropezones de Arzú que mayor decepción ha causado entre el pueblo y que le ha hecho perder muchos votos, fue su postura de prepotencia al ser entrevistado en TV Azteca Guatemala por el licenciado José Eduardo Valdizán. Sin tapujos, el Alcalde dijo que está dispuesto a romperle la cara a cualquiera que insulte a su esposa.
Los lectores podrán sacar sus propias conclusiones de semejante actitud de un alto funcionario, quien además fue Presidente de la República y que debería ser ejemplo de respeto al Estado de Derecho. Romperle la cara a alguien por una cuestión personal, es ni más ni menos que tomar la justicia por mano propia y un retroceso a la ley de la selva.