De los dos foros televisivos que he presenciado ninguno de los tres candidatos presidenciales que encabezan las encuestas de opinión, me han seducido con sus telegráficos planteamientos, especialmente porque no han tenido la suficiente honestidad para identificar los nombres de sus financistas y porque no se atrevieron a incluir en sus propuestas una imprescindible reforma fiscal ni expusieron su pensamiento respecto a la actividad de las empresas mineras.
Sólo durante una de esas actividades en el que en uno de los temas de mayor importancia para el país, los tres punteros estuvieron de acuerdo fue en lo referente al incremento de las regalías que debe obtener el Estado de la explotación de oro, que actualmente es del miserable 1%, cuando que las ganancias de las empresas extranjeras son multimillonarias; pero esos presidenciables no habían expuesto sus ideas respecto a la explotación minera, o por lo menos yo no me había enterado de su posición respecto a esta actividad tan perniciosa para el medio ambiente y la salud de los habitantes de las áreas afectadas si no se aplican rígidos controles estatales.
Sin embargo, el candidato Manuel Baldizón, postulado por el partido Lider, acaba de afirmar que si llega a ganar las elecciones no permitirá que se autoricen más licencias para explotaciones mineras. Según información del diario Siglo.21, correspondiente al día de ayer, el político petenero, al cerrar su campaña en la aldea El Cerinal, en Barberena, fue preciso al indicar que de ser elegido Presidente se opondrá a esas operaciones mineras: “Con un rotundo no, diremos no más explotación en el país, ya que aquí el pueblo es quien tiene la razón y mandaâ€.
Bueno; eso de que a la mayoría de los habitantes de Guatemala le asiste la razón es una perogrullada, pero en cuanto a que “el pueblo manda†no es más que una frase demagógica, puesto que desde hace décadas que los que deciden los destinos del país son los poderosos miembros de una minoría de millonarios que financian a políticos que están a su servicio y que acatan obedientemente la voluntad de los verdaderos dueños de esta su finca que llaman Guatemala.
Sin embargo, Baldizón no está desencaminado en lo que atañe a la voluntad de las comunidades en las que se han realizado consultas populares en torno a la explotación minera en sus respectivas jurisdicciones, en vista de que ha habido una sistemática y democrática oposición a actividades de empresas que explotan los recursos naturales, como lo han demostrado las votaciones abiertas que se han celebrado.
Finalmente, pues, hay un candidato presidencial que ha fijado su posición en este controversial tema y que se coloca al lado del sentimiento y pensamiento de la mayoría de los guatemaltecos que defienden los intereses nacionales.
Que triunfe en las elecciones y que cumpla su promesa, ya son otros 20 chemas.
(En un mitin a donde llega en helicóptero el candidato Baldizón, el activista Romualdo Tishudo le comenta a un lugareño: –Yo tengo una amiga a la que le dicen “Helicópteroâ€, porque a donde llega levanta polvo).