Pronósticos sobre unos resultados de las votaciones del 11-9-11


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Con base en sondeos que hemos hecho en todo momento de nuestro ajetreo periodí­stico, vamos a verter en este espacio del diario LA HORA alguna información y breves comentarios relacionados con el proceso polí­tico-electoral que pronto llegará a un punto culminante.

Marco Tulio Trejo Paiz

 


¡La suerte está echada, señores de la pelea! Nos encontramos a escasos dí­as del evento comicial de alto coturno. Hay gran expectación en lo nacional e internacional al respecto, y la situación es como para creer que todo transcurrirá con apego al civismo, a pesar de algunos lamentables incidentes que se han sucedido en la capital y en otros lugares de la República.

Son varios los pretendientes a la codiciada posición presidencial y a la vicepresidencial; muchos a las diputaciones y muchí­simos a las alcaldí­as y concejalí­as de las corporaciones edilicias.

De acuerdo con las opiniones recabadas por aquí­ y por allá en cuanto a la viabilidad de los aspirantes a los cargos en disputa, hacemos algunos pronósticos que pueden ser afortunados o infortunados… No pretendemos andar del brazo y por la calle, como suele decirse, con los encuestadores que ya todos conocemos; pero, eso sí­, quede claro que no emborronamos cuartillas de encargo ni somos venales o corruptos para percibir vil metal de quienes en jaleos polí­tico-electorales como el actual andan tocando puertas para comprar conciencias…

Vayamos a las realidades del conglomerado social que hemos contactado pensando en lo que se proyecta al interés de Guatemala, principalmente, y de lo que, con todo derecho, desean Juan, Pedro, Pablo, Marí­a, Marta, Raquel y don Perico de los Palotes aspirando a una vida amable, pasadera, con dignidad.

¡Y… al grano! Del arrastre de los presidenciables se dice entre la gente del pueblo que sólo algunos pueden tenerlo, pero están a distancia, a propósito de personalidad en todo sentido, del doctor Juan José Arévalo, de Jacobo Arbenz y, aun, de Ubico, el dictador de los l4 años…       .

La mayorí­a de las personas que contactamos en corrillos callejeros, en establecimientos comerciales e industriales, en oficinas públicas y privadas, etcétera, consideran que Otto Pérez Molina “se la llevará”, o sea se sacará el “loteriazo”. No faltan las personas que vaticinan su triunfo definitivo, total, en la primera andanada de votos; pero, si hay segunda vuelta, también sus partidarios y simpatizantes en general lo bendecirán…

En segundo lugar, en lo que hace a popularidad y a los sufragios a boca de urna, mencionan al doctor Eduardo Suger; luego, se adjudica el tercer lugar en el ajedrez polí­tico-electoral, a Harold Caballeros y, el cuarto lugar, a Manuel Baldizón. Los demás pretendientes a la principal butaca del palacio verde-esperanza se quedarán a la zaga negociando los votos de sus partidarios con el mero, mero. ¡Querrán chambas diplomáticas, ministeriales u otras archirremuneradas!…

A Pérez Molina se le reconoce carácter y decisión para poner orden, en paz y en actividad productiva, al solar patrio. Al doctor Suger se le considera asimismo de relevantes calidades y cualidades. Podrí­a ser un gobernante culto y de plausibles realizaciones en lo integral. De Caballeros se comenta que es un evangélico del protestantismo luterano que actuarí­a a contrapelo de la gran mayorí­a de la población, y de Baldizón se dice que no se le ve “ñeque”, sobre todo que podrá estar comprometido, bajo de agua, con intereses polí­tico-ideológicos inconvenientes para la nación, sobre todo si habrí­a segunda trapisonda.     

Nosotros, modestos profesionales del periodismo y ciudadanos de la llanura al margen de la politiquerí­a, expresamos, para ir finalizando ya, nuestro deseo, al influjo de un acendrado sentimiento patriótico, de que cada votante en las urnas que estarán colocadas el domingo 11 de este mes de la patria, antes de depositar el sufragio debe pensar por lo menos diez veces en enaltecer a Guatemala y en elegir a un candidato presidencial que merezca confianza para realizar una obra positiva en toda su dimensión; también a diputados conocidos por sus actuaciones en los terrenos del partidismo polí­tico o fuera de ellos, así­ como a alcaldes no farsantes, no camaleónicos, transfuguistas, ni deshonestos como muchos que se hallan vomitando demagogia en el escenario municipal…