Amnistía Internacional emitió una alerta a favor de los activistas del Centro de Acción Legal, Ambiental y Social de Guatemala (CALAS), quienes han sido objeto de amenazas de muerte, a raíz de que dicha entidad ha promovido una campaña pública contra la corrupción y la construcción de una planta de gas en un una reserva natural.
La entidad de derechos humanos informó que el pasado 29 de agosto el director y el asesor jurídico de CALAS, Yuri Melini y Rafael Maldonado, respectivamente, recibieron sendos sobres con el mismo contenido, una amenaza, documentos de la Contraloría General de Cuentas y fotografías de 18 hombres, aparentemente tomadas de archivos policiales.
La nota decía “metan preso a quien quieran y sigan haciendo e3l show que quieran…. Nosotros empezaremos a ajustar nuestras cuentas después del 14-01-2012 (fecha del primer día de mandato del nuevo gobierno); será problema de los que vienen y ustedes dejarán de estar haciendo escándaloâ€; también advertía “Rafael Maldonado, siéntete triunfador… Yuri, Yuri, no aprendes que la vida hay que llevarla en pazâ€.
Durante los últimos meses, CALAS ha promovido una campaña pública contra la corrupción y la construcción de una planta de gas en una reserva natural ubicada en Punta de Manabique, Izabal, en el noreste de Guatemala; la agrupación ambientalista presentó una denuncia ante la Corte de Constitucionalidad y también había intentado captar apoyos para lograr el despido de un funcionario del Estado, responsable de la gestión de las reservas naturales, por corrupción.
Amnistía Internacional solicita escribir, en español, inglés o su propio idioma, pidiendo a las autoridades guatemaltecas que lleven a cabo una investigación independiente, exhaustiva e imparcial, sobre las amenazas dirigidas contra los trabajadores de CALAS; que se hagan públicos los resultados de la misma y que lleven a los tribunales a las personas responsables.
Asimismo, que se inste al gobierno de Guatemala, para que ofrezca de inmediato protección completa y adecuada a Rafael Maldonado y al resto de trabajadores de CALAS, conforme a sus deseos y recordar que los defensores de los derechos humanos tienen derecho a ejercer su actividad sin ningún tipo de restricción injusta y sin temor a represalias.