Wayne Rooney volvió a su mejor nivel una vez que logró resolver una de las mayores fuentes de estrés de su vida: una incipiente calvicie.
Alarmado, el delantero del Manchester United y la selección inglesa gastó 50.000 dólares en la pretemporada para hacerse un transplante capilar. Los resultados son evidentes, tanto en su testa como en la cancha.
«Estoy seguro que para aquellos de ustedes que se están quedando calvos, es algo estresante», dijo Rooney el martes en la concentración de Inglaterra. «Por eso decidí hacerlo. Pensé, ¿por qué no?»
La decisión llegó luego de una temporada olvidable para Rooney, más allá de que ganó un nuevo título de la liga Premier con el United.
Hace un año, concentrado con la selección, Rooney vio como los tabloides lo acusaban de haber engañado con una prostituta a su esposa embarazada. Su popularidad ya venía a la baja luego que no hizo goles en el Mundial de Sudáfrica 2010 y, además, se quejó de los abucheos de los hinchas ante una cámara de TV en la cancha.
En octubre, el delantero de 25 años amenazó con dejar el club, insatisfecho con la falta de refuerzos de primer nivel. Poco después, firmó un nuevo y millonario contrato.
«Lo que hice estuvo mal», dijo Rooney. «Agradezco haberme quedado y firmado. Es la mejor decisión que tomé en mi carrera futbolística».
Tras nueve meses sin hacer un gol de jugada, por fin lo convirtió el 1 de enero ante West Bromwich. Ahí comenzó, según dice, el resurgimiento que acompañó la 19na consagración del United en la liga. (Claro que en el medio hubo una nueva suspensión por proferir insultos ante una cámara).
El domingo, Rooney le hizo tres goles al Arsenal en la goleada 8-2 y llegó a cinco en tres partidos en esta temporada.
La campaña pasada «fue decepcionante porque sabía que podía jugar mejor», dijo. «Me esforzaba en los entrenamientos y en los partidos pero las cosas no salían. Es difícil aceptar eso».
Ahora, Rooney es uno de los veteranos en un plantel del United que el entrenador Alex Ferguson llenó de talento joven. Debe mostrar una actitud más responsable, tanto con el club como con la selección.
«Hubo veces que fui agresivo e hice cruces tontos, pero ya no hago eso», dijo. «A veces pasa y es difícil de controlar, pero si te mantienes bajo control, tus actuaciones serán mejores. Por el momento, me siento bien».
Rooney enfrenta sus primeros partidos con la selección desde marzo, el sábado de visita ante Bulgaria y el miércoles contra Gales en casa por las eliminatorias a la Eurocopa 2012.
«Me siento feliz, tanto dentro como fuera de la cancha», dijo. «Superé los problemas, quiero dejarlos atrás y seguir avanzando y mejorando».