Esta mañana se publicó en Prensa Libre una denuncia contra el diputado Unionista Mariano Rayo por plagio realizado en su columna semanal de diario La Hora. El mismo Rayo se comunicó hoy con nosotros para asumir plenamente su responsabilidad y admitir que, en efecto, incurrió en el plagio del material, pidiendo excusas por lo que eso significa no sólo para él sino para La Hora.
En primer lugar queremos decir que garantizamos la más absoluta libertad a nuestros colaboradores habituales y por lo tanto no se somete a consideración previa ningún material. Pero en este caso nos parece importante destacar que, a diferencia de situaciones parecidas que hemos vivido en el pasado, Mariano Rayo no buscó excusa ni subterfugio, sino que de manera frontal asumió la responsabilidad de su error, cosa insólita en un medio donde todos buscamos cómo justificar nuestros errores y más viniendo de un político, porque quienes se dedican a tal actividad en nuestro país jamás enfrentan con valentía las consecuencias de sus actos.
El diputado Mariano Rayo dice que asume plenamente las consecuencias de su acto, porque como funcionario está llamado a respetar la Ley y sin duda que tendrá que enfrentar consecuencias, entre ellas la de rescatar la credibilidad de sus lectores, porque eso es algo que se gana a pulso y se puede perder en un momento.
Pero nos interesa destacar que hemos tenido antecedentes parecidos y nos hemos encontrado con autores que culpan a sus secretarias o colaboradores de haber enviado el archivo erróneo, o a la computadora de no haber borrado el material que les sirvió como referencia para escribir su artículo e inclusive la burda y simple negación del plagio. Es primera vez que de manera clara y categórica, sin subterfugios, nos topamos con una excusa sin tapujos como la que nos dio el diputado Rayo.
Esto tiene que servir de lección, porque son muchos los columnistas, aquí y en otros medios, que reproducen de manera textual, sin citar al verdadero autor, extensos párrafos que presentan como si fueran propios. Es una práctica tan común como la que se ve ahora en campaña, cuando asesores a sueldo de candidatos presidenciales se presentan como columnistas independientes que opinan sin sesgo y, casualmente, siempre terminan inclinando la balanza por el político que los tiene en planilla.
Las columnas de opinión son cosa seria y así la tienen que entender quienes ocupan espacios para ejercer el derecho a la libre expresión. Todos recibimos influencias de ideas ajenas, pero lo que no se vale es negar la autoría o la originalidad de una propuesta y simplemente presentarla como propia.
Por nuestra parte, con las excusas de Mariano Rayo y su compromiso de no repetir, damos por cerrado el incidente.
Minutero:
Un voto bien pensado
es tarea de titanes
pues viendo a cualquier lado
siempre aparecen los clanes