Las víctimas de extorsiones podrían recibir llamadas de larga distancia, de pandilleros ubicados en El Salvador u Honduras que forman parte de estructuras criminales con modernos y complejos sistemas de comunicaciones, y que incluso podrían mantener contacto con organizaciones más fuertes de la región.
mcastanon@lahora.com.gt
A medida que avanzan las investigaciones sobre las extorsiones –una de las actividades más lucrativas de las pandillas–, las autoridades se sorprenden cuando se encuentran con las nuevas y sofisticadas formas de operar de las organizaciones criminales.
Esta vez se trata de llamadas de larga distancia y transacciones bancarias internacionales, que realizan pandilleros ubicados en El Salvador u Honduras para exigir dinero a sus víctimas en Guatemala.
Asímismo, las amenazas se dan desde el territorio guatemalteco hacia sendos países, y así también ocurre entre esos dos.
Es un triángulo de delincuencia organizada, que acaba con la creencia que la amenaza para las víctimas de extorsiones se encuentra a la vuelta de la esquina.
Un análisis de la Policía Nacional Civil (PNC) de Guatemala refiere que ya han identificado a extorsionistas, que desde la cárcel El Boquerón exigen entre US$3 mil y US$5 mil a sus víctimas en El Salvador.
En ese centro carcelario, ubicado en la localidad de Santa Rosa, se encuentran recluidos unos 181 integrantes de la clica MS-13.
Según la PNC, los responsables de esos hechos mantienen un perfil bajo para realizar llamadas de larga distancia y las transferencias monetarias en un banco ya identificado.
Según las pesquisas, los grupos delincuenciales del Triángulo Norte, extorsionan a ciudadanos de dichos países, crean alianzas estratégicas para no ser identificados en su país de origen y se reparten las ganancias obtenidas de este delito.
El 9 de noviembre del año pasado, la Fiscalía Contra el Crimen Organizado, del Ministerio Público (MP) alertó sobre las extorsiones en Guatemala, El Salvador y Honduras.
“Estamos identificando quiénes son los que hacen llamadas de El Salvador en territorio guatemalteco y lo estamos haciendo recíprocamente con los tres países. También estamos investigando llamadas de Guatemala que surten efectos en El Salvadorâ€, declaró en aquella ocasión el Fiscal Contra el Crimen Organizado, Rony López.
El 16 de julio del año pasado, Diario La Hora documentó el hallazgo de una computadora portátil en la cárcel del Boquerón, módems inalámbricos, guías telefónicas y evasoras de bloqueador de llamadas.
Estos elementos revelan cómo los grupos criminales, con presencia en la región, cuentan con modernos y complejos sistemas de comunicaciones, y que según expertos, podrían tener relación con organizaciones más fuertes y consolidadas, como Los Zetas. (Lea Zetas y pandillas)
VíNCULOS REGIONALES
Según expertos en seguridad, el crimen organizado absorbe el liderazgo de las pandillas a través de las diferentes tipologías delictivas, es decir, asesinatos, tráfico ilícito de drogas y sobre todo, en extorsiones.
“La primera teoría que hay que sustentar apunta a que (el crimen organizado) necesitan alguna relación con estos grupos de jóvenes para determinadas tareas que ellos no van a realizar. Esas tareas pueden ser de cualquier tipo: hacer vigilancia, trasladar cosas, incluso distraer a la autoridad para que ellos hagan alguna cuestión específica, incluso se ha sabido que dentro de la Mara también se da como una actividad el sicariatoâ€, afirma Mario Mérida, experto en seguridad.
Según Mérida, sí existe relación directa o indirecta entre los criminales altamente organizados y las pandillas, debido a que son organizaciones que funcionan con una estructura específica.
“Cuando hablamos de ese universo del crimen organizado, directa o indirectamente hay una interrelación entre los grupos criminales y aquellos otros grupos que pueden ser útiles, como funciona cualquier organizaciónâ€, afirma.
A criterio de Cynthia Fernández, analista de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES), el crimen organizado absorbe a las pandillas a través del narcomenudeo a nivel local, lo que hasta este momento permite identificar algún tipo de vínculo.
“Muchos de los narcotraficantes utilizan a las pandillas para narcomenudeo y ellos son los que se vuelven los distribuidores de la droga a nivel local, eso sí está comprobadoâ€, resaltó la profesional.
Fernández considera que las autoridades deben realizar una política de prevención, pero, también analizar si podría existir relación entre dichos grupos del crimen organizado, a través de inteligencia.
“La autoridades para empezar deberían tener una política de prevención juvenil para evitar que el fenómeno aumente, además deberían hacer los análisis de inteligencia para que en ese caso puedan determinar si los grupos están vinculadosâ€, resaltó.
¿PREVENCIí“N DE VIOLENCIA?
Eluvia Velásquez, coordinadora de Proyectos de la Asociación para la Prevención del Delito (Aprede), ve con preocupación la realidad de Guatemala, en materia de prevención del delito, principalmente porque no existen propuestas para erradicar la violencia juvenil que ahora se ha fusionado.
“Es incierta la realidad de Guatemala, ¿qué va a pasar con todo esto?, mientras las cosas se sigan dando como hasta ahora, sin una alternativa pronta o una posible solución, es difícil prevenir la violencia con estos dos grupos (pandillas-narcotraficantes) que son activos en violenciaâ€, destacó la entrevistada.
Según indica, el problema latente es saber si el nuevo gobierno asumirá las prácticas adecuadas para atender la problemática, que no se soluciona precisamente con más violencia, indica.
“No sabemos si el gobierno que va a ingresar va a traer las alternativas necesarias, hemos leído algunos planes de gobierno pero no son los adecuados, (Leyes Antipandillas y pena de muerte), no son esas las medidas, porque si esto sucede, va a explotar una bomba, una gran guerraâ€, destacó la activista social.
Según la representante de Aprede, –quien trabaja desde hace mucho tiempo con jóvenes en riesgo y en rehabilitación– las pandillas y los narcotraficantes están fusionados desde hace aproximadamente dos años, pero las autoridades prefieren evadir la responsabilidad, puesto que no les conviene develar la situación, ya que próximamente entregarán el país al nuevo Mandatario.
“Es un fenómeno que se viene dando desde hace dos años, todavía está bajo la sombra, el gran problema es que no se han utilizado las técnicas necesarias para ir calmando la situación, son cuatro meses que le quedan a las autoridades de vigencia en el país, no les conviene decir que está pasandoâ€, concluyó Velásquez.
Zetas y pandillas
El 4 de agosto, la agencia de noticias DPA dio a conocer los resultados de una investigación realizada por la División Central de Investigaciones (DCI), que se publicó en el Diario La Prensa Gráfica, donde destaca que alrededor de 250 pandilleros de los municipios de Soyopango, Ilopango y San Martín mantienen vínculos con la banda de narcotraficantes Los Zetas.
La PNC de ese país dice que de estos 250 integrantes de las también llamadas maras, 110 se encuentran recluidos en diferentes centros penales del sistema penitenciario de El Salvador.
Según la publicación, el inspector Marco Tulio Lima Molina, jefe de la Unidad de Vida de la DCI, apuntó que la principal vinculación entre estas dos violentas organizaciones es el trasiego de drogas desde Suramérica hacia Norteamérica y que parte de esta droga se queda en El Salvador para ser distribuida a pequeña escala.
“Tenemos fuertes indicios que estos pandilleros tienen nexos con Los Zetas. Están trabajando en conjunto. La vinculación más fuerte está relacionada con el tráfico de drogasâ€, señaló Lima Molina.
A pesar de los análisis y los argumentos de expertos, sobre la vinculación de las pandillas en el Triángulo Norte, principalmente en Guatemala, con el grupo de narcotraficantes Los Zetas, el ministro de Gobernación, Carlos Menocal, afirmó a Diario La Hora, que dicha alianza no se conoce oficialmente en el país.
“No hay nada, no hay ninguna información que la inteligencia de El Salvador o la Policía de El Salvador haya trasladado a Guatemala, yo lo que he leído en el periódico La Prensa Gráfica, es una presunción (la vinculación entre Zetas y pandillas) de las autoridades salvadoreñas, es presunciónâ€, declaró el funcionario.
A criterio de Menocal, aunque la comunicación y la demografía podrían facilitar dicha relación, hasta ahora no existe información que compruebe esas “especulacionesâ€.
“No especulemos, en el caso guatemalteco no hay una relación de momento comprobada entre la estructura de Los Zetas y las pandillas, la comunicación sí podría facilitar la relación, pero de momento no hay un dato comprobado, todos los capturados incluyendo los jóvenes menores de 25 años, que están en el historial tanto de México como de Guatemala, es que no han pertenecido a la pandillas, son reclutados directamente por Los Zetasâ€, resaltó el entrevistado.
Rony López
Fiscal Contra el Crimen Organizado