Claro que se puede, lo que falta es voluntad y ganas de construir un mejor país. ¿De qué estoy hablando? De la noticia que la semana pasada dejó atónitos a los periódicos del mundo cuando un grupo de 16 de las más grandes fortunas francesas pidieron al presidente Sarkozy que se aprueben más impuestos para ayudar a la nación a salir del atolladero en que se encuentran.
La noticia la recogí del periódico español El País que dice que “en una tribuna publicada en la web del semanal Nouvel Observateur, algunas de las mayores fortunas de Francia, entre ellos la mujer más rica del país y propietaria de L’Oréal, Liliane Bettencourt, piden la creación de una “contribución excepcional†para los más adinerados, como ayuda para enfrentar la tremenda crisis que afecta tanto a Francia como a Europaâ€.
La declaración no puede ser más solidaria: “Deseamos que se instaure una contribución excepcional que afectaría a los contribuyentes franceses más favorecidosâ€. Y la firman, entre otros de L’Oréal, Jean-Paul Agon; de Total, Christophe de Margerie; de Société Générale, Frédéric Oudéa, y de PSA Peugeot Citroí«n, Philippe Varin. “Somos conscientes de habernos beneficiado plenamente de un modelo francés y de un entorno europeo a los que estamos vinculados y que deseamos seguir preservandoâ€, añaden.
Por eso digo que sí se puede. Y si en Guatemala, las grandes empresas, lo oligopolios y los oligarcas no hacen una declaración semejante es porque les falta voluntad y su vocación es únicamente el lucro y el egoísmo a ultranza. Esta actitud es apoyada por los candidatos que, cuando se les consulta sobre imposición de impuestos, se hacen los locos (los más disimulados) y otros lo niegan a morir.
La actitud de los franceses, indican los medios, obedece al llamamiento del multimillonario estadounidense Warren Buffet que pidió aumentar los impuestos para los más ricos. Y es raro que nuestros adinerados y chicos plásticos que viven boquiabiertos frente a todo lo del norte, finjan sordera o ignorancia cuando se trata de solicitudes como ésta.
Lo más interesante es que nuestros gobiernos son tan timoratos que no sólo no piden más impuestos a los ricos, sino que temen incluso cobrarlos. Ya es leyenda popular que nuestros millonarios evaden impuestos y buscan miles de maniobras, triquiñuelas, para escapar del fisco y salirse con la suya. Sabiendo que nuestros exitosos empresarios se mimetizan con todo lo gringo, esperaría que consideren esta información.