ojos celestiales
en este mundo,
no tengo palabras
para expresar su belleza
que son como la Luna
de medianoche.
Eduardo Alfonso Luna Estrada / A-1 309873
Ojos que sin ser divinos
lo son,
cuánto daría por verme envuelto
en su divina gracia.
No son espejismos
ni mucho menos
mentiras ni engaños
en ellos;
cuánto daría,
por verme envuelto
en su refulgente divina gracia,
en ellos no hay falsas promesas,
en su fondo hay algo misterioso
que no puedo descifrar.
Sólo veo la inmensa profundidad
de tu mirada sin igual,
mírame, porque el resplandor
de la belleza de tus ojos ensoñadores
jamás la he visto en ninguna parte,
que me cautivaron porque creí
que con tu dulce mirar
creí hurtarme el mismo cielo.
Tus ojos, cielo divino,
me cautivaron, y hoy, pues,
soy su prisionero.
Tu mirada que tanto manifiestan
y que tanto expresan, pues,
tanto y tanto no puedo describir;
descifrar quisiera ese tesoro
que tienes en el fondo de tu mirada;
no me resta más que decirte
que tienes sin lugar a dudas
los ojos más bellos del mundo.
Guatemala, 9/8/11