La mayoría de los diputados del Congreso se reúnen únicamente para aprovecharse del subdesarrollo político de Guatemala. Uniéndose en pequeños grupos que supuestamente representan partidos políticos, se ponen de acuerdo en cómo repartir el presupuesto de los ingresos de la Nación. Utilizan sus posiciones de poder para aprovecharse del pueblo mientras se ríen de quienes los han elegido. Utilizan sus influencias y toman decisiones para beneficiar a sus partidos, a sus amigos, a sus familias y a quien les conviene. Los perjudicados somos todos, especialmente nuestros jóvenes y niños.
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Hace dos años vimos la forma bochornosa en que la mayoría de diputados eligieron magistrados de salas de Apelaciones y de la Corte Suprema de Justicia. El comisionado de la CICIG y la sociedad civil tuvieron que hacer inmensos esfuerzos para que los congresistas pusieran interés en los graves problemas existentes con muchos candidatos. La Corte de Constitucionalidad tuvo que ordenarles a los diputados que las votaciones fueran públicas, de viva voz así como que se rehicieran varios procesos donde se había violado la ley.
Los diputados deben trabajar arduamente para identificar las necesidades que tiene Guatemala para lograr su desarrollo y para ello decretar, reformar y derogar leyes de manera ética e íntegra. Deben aprobar un presupuesto e impuestos acordes a las necesidades de los guatemaltecos.
Deben elegir a los mejores funcionarios que existan en el país, deben invertir tiempo y recursos en localizar e identificar esas personas que harán la diferencia en la Justicia y otras áreas de gobernabilidad, ese es su deber constitucional y no una opción. Sin embargo, la mayoría de diputados han ignorado y descuidado su responsabilidad y han olvidado totalmente cuál es su función.
Todos conocemos la situación de abandono del área de salud en el país. Hospitales tales como el Roosevelt se encuentran con una constante sobrepoblación de pacientes a quienes no pueden atender, ni medicar por falta de personal, fondos y otras carencias. Los diputados saben las penurias que existen en los hospitales y centros de salud. ¿Qué medidas eficaces han tomado a nivel del Congreso?
Es de conocimiento popular que la educación guatemalteca es la peor del Istmo. Todas las mediciones sobre la educación en Guatemala son gravísimas, somos líderes en ignorancia. ¿Qué futuro le depara a Guatemala si la mayoría de guatemaltecos no tienen educación adecuada a un mundo que día a día se moderniza y sofistica? ¿Cómo pueden progresar nuestros jóvenes y niños sin una excelente educación? ¿Qué medidas han tomado los diputados?
La violencia cobra miles de vidas guatemaltecas. En los primeros cinco meses de este año se han asesinado más de 2,495 personas y 2,691 han quedado heridos. La población clama por seguridad. El dinero asignado al Ministerio de Gobernación ha sido transferido para otros usos. La Policía Nacional Civil (PNC) no cuenta con presupuesto para capacitar más de 1,400 policías, lo cual podría llevar al cierre de la academia.
Los diputados no hicieron esfuerzo alguno por asegurarse que todos los magistrados cumplieran con los requisitos constitucionales y las necesidades de los guatemaltecos de tener justicia. ¿Cómo puede cambiar el sistema de Justicia si no se identifican a los más idóneos?
¿Ausencia de valores en la mayoría de diputados o la presencia de antivalores?
Estos antivalores son valores destructivos tales como la valoración del dinero sobre el bienestar de un país entero y la valoración del egoísmo sobre la democracia.
Al comportarnos con indiferencia ante estos actos de corrupción, los estamos apoyando. No permitamos que diputados malintencionados nos sigan robando, mintiendo y abusando.
Dejemos la indiferencia atrás. Los diputados corruptos están en el Gobierno porque los hemos elegido nosotros mismos. Si queremos ver un cambio y queremos un mejor futuro, debemos aprender a votar mejor y realizar que el cambio empieza en nosotros mismos. Elijamos diputados honestos, con valores e interés en Guatemala y los guatemaltecos. Nuestro voto es un tesoro, pongamos nuestro grano de arena y escojamos bien a quién darle cada voto.