Raoul Ruiz, un cineasta franco-chileno que realizó más de cien películas en su prolífica carrera internacional, ha muerto. Tenía 70 años.
Conocido en los países hispanohablantes como Raúl Ruiz, se reveló contra las convenciones de la cinematografía en su extensa y variada obra, aunque esto no lo llevó a ser muy conocido por alguna cinta en específico, sino por una colección laberíntica de experimentos, curiosidades e innovaciones.
Ruiz murió el pasado viernes en el hospital parisino de Saint-Antoine debido a complicaciones de una infección pulmonar, dijo el productor Francois Margolin, quien trabajó en varias de sus películas. Ruiz vivió en París desde que huyó de Chile en 1973 para escapar a la dictadura de Augusto Pinochet.
Era un lector ávido y su filmografía está llena de adaptaciones, incluyendo versiones de obras de Franz Kafka (La colonia penitenciaria, 1970), Nathaniel Hawthorne (Three Lives and Only One Death, 1996, protagonizada por Marcello Mastroianni), Pedro Calderón de la Barca (La vida es sueño, 1987), Shakespeare (Richard III, 1986) y Marcel Proust en El tiempo recobrado (1999), que es quizá su cinta más aclamada.
El presidente Nicolas Sarkozy expresó tristeza por la muerte de Ruiz, a quien describió como un hombre de «enorme erudición e infinita curiosidad» y un «digno hijo de la Ilustración».
Nació el 25 de julio de 1941 en Puerto Montt, Chile, hijo de un capitán de barco. Estudió derecho y teología en la Universidad de Chile antes de recibir una beca de la Fundación Rockefeller en 1962 lo que le dio oportunidad para dedicarse a la literatura.
Escribió una gran cantidad de obras teatrales antes de cumplir 20 años (solía presumir que eran más de cien) y trabajó como guionista de telenovelas. Su primera película fue Tres tristes tigres de 1968, basada en la novela homónima del escritor cubano Guillermo Cabrera Infante .
Después, en Europa continuó trabajando en la televisión francesa. Enseñó cine en la Universidad de Harvard y trabajó como subdirector de la Casa de Cultura en Le Havre, Francia, donde pudo producir sus propias películas y las de otras personas.
«Ruiz es el menos neurótico de los directores», dijo el crítico de cine Jonathan Rosenbaum. «Ni si quiera parece importarle si está haciendo algo bien o no y además se ha dado cuenta, hábilmente, que el trabajo malo y el trabajo bueno implican la misma cantidad de esfuerzo».
Ruiz negaba que el conflicto fuera una cualidad necesaria en el drama. En su libro Poética del cine de 1995 desarrolló esta teoría.
«Estados Unidos es el único país del mundo en el que el cine haya desarrollado desde temprano una teoría narrativa y dramática global, conocida bajo el nombre de ‘teoría del conflicto central»’, escribió.
Pocas de las películas de Ruiz han llegado a Estados Unidos, aunque realizó algunas en el país, incluyendo Shattered Image (1998) y The Golden Boat (1990). También dirigió Klimt (2006) una biografía del pintor austríaco Gustav Klimt protagonizada por John Malkovich y trabajó con las francesas Laetitia Casta y Catherine Deneuve.
«El cine suele ser considerado como algo inerte, como algo que puede ser manipulado: se organiza, se edita», dijo Ruiz en una entrevista reciente con el New York Times. «Nos olvidamos de que la imagen cinematográfica existe por sí misma. La cantidad de información que la imagen conlleva, contra la voluntad de quien sea que esté tratando de organizarla, es enorme».
Poco antes de morir Ruiz se había dedicado a editar una película sobre su infancia en Chile. También estaba preparando una película que se desarrolla en Portugal sobre una batalla napoleónica.
A Ruiz le sobrevive su esposa, la cineasta Valeria Sarmiento.