Hasta el momento no se ha logrado cubrir las demandas en salud de la población, especialmente en lo referente a la situación de mortalidad infantil y materna. Los medicamentos no llegan a las comunidades y si llegan no alcanzan y el país sigue sin reducir de manera significativa la mortalidad infantil. En general, en el área rural en Guatemala en base a las políticas de mejoramiento de cobertura para áreas rurales se ha designado un médico o enfermera profesional para aproximadamente 10 mil habitantes, mientras que en Cuba un médico y su equipo de personal que incluye una enfermera atienden poblaciones de cien habitantes que en general están a muy cortas distancias comparando con la enorme dispersión que hay en nuestro país, en especial en comunidades rurales marginadas en donde los médicos o enfermeros deben caminar hasta ocho horas para llegar a una de las 15 a 18 comunidades que deben cubrir.
Al respecto, me permito manifestar que Guatemala tiene u gran acerbo de prácticas tradicionales efectivas para curar las enfermedades más comunes y que causan muertes infantiles en especial en lo relativo a plantas medicinales y que las mismas comunidades organizadas con el apoyo técnico del sector salud del país podrían implementar sin más costo que el que la comunidad recolecte sus propias plantas medicinales y se promueva el auto cuidado de la salud de las familias rurales. Con esto se lograría reducir la mortalidad infantil significativamente, puesto que existe una gran cantidad de plantas medicinales de comprobada eficacia, respaldada por estudios científicos, que por no tener la misma campaña publicitaria y por no generar ganancias no llega al conocimiento general de la población pero que las abuelitas y los terapeutas tradicionales están utilizando rutinariamente. Por aparte, existe también profesionales e industrias de la medicina natural pero que en general no van más allá de practicarlo sin trascender en lo social. Animo a todos los guatemaltecos a promover este conocimiento y aquellas prácticas que en algún momento de nuestras vidas nuestras abuelitas, madres o ancianos nos dieron y obtuvimos un beneficio de esto. Animo a los profesionales de la medicina a practicarlos en pro de la justicia a la gente que está en el abandono y que no seamos conformistas.