A Guatemala se le considera como país de origen, tránsito y destino de víctimas de trata de personas, un delito de esclavitud moderna del crimen organizado, que como todo negocio ilícito rinde jugosas ganancias a las redes de malhechores, quienes se enriquecen a costa de la vida y dignidad de otros seres humanos. Pese a que éste es un delito transnacional, todavía es invisible, sea porque las bandas de criminales operan con la aquiescencia y complicidad de autoridades nacionales, porque a los medios de comunicación no les interesa este tipo de «noticia», o simplemente porque todo mundo prefiere darle la espalda a esta grave situación.
El Protocolo de Palermo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas especialmente mujeres y niños, define este crimen como: «la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o el uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos».
En la práctica, los tipos más conocidos de trata de personas son, explotación laboral, explotación sexual y las adopciones irregulares e ilegales de menores de edad. Todas esas formas de trata se concretan en el país, donde se sabe por ejemplo, la existencia de redes dedicadas a la explotación sexual comercial de niños, niñas y mujeres, la explotación laboral de nacionales y extranjeros en algunos sectores productivos y el negocio redondo de las adopciones.
Las formas más comunes utilizadas por los criminales para dominar a las víctimas de trata son: Violencia física o sexual; amenazas a su vida e integridad personal; endeudamiento por deuda contraída por lo general en la fase de reclutamiento o transporte; por adelanto de salario antes de iniciar al viaje o por gastos derivados del transporte; restricción de movimiento mediante encierro y aislamiento; retención de documentos de identidad, ya sea que la víctima sea ciudadana o migrante irregular, para tenerla bajo control, intimidarla y evitar que huya; amenazas de denuncia a las autoridades cuando la víctima es migrante irregular; retención de salarios o negativa a cancelarlo.
En todo el mundo millones de seres humanos vulnerables, son víctimas cotidianas de la trata de personas, el negocio sigue en aumento sobre todo, por falta de cultura de denuncia de los afectados y la inacción de las autoridades, el delito permanece oculto bajo un manto de impunidad y continúa generando ganancias millonarias para los criminales y para las autoridades cómplices, que reciben generosas cantidades de dinero para dejar operar a las redes del crimen organizado transnacional.
Urge que el gobierno de Guatemala prevenga y combata este delito, aplicando con rigor la ley, cumpliendo los compromisos adquiridos en materia de derechos humanos y los derivados de Convenios y Protocolos sobre el combate al crimen organizado.
P.S. El 20 enero de 1982 fue ejecutado extrajudicialmente el Expresidente de la Asociación de Estudiantes El Derecho y Exsecretario General de la Asociación de Estudiantes Universitarios AEU, compañero EDGAR PALMA LAU, otra víctima del terrorismo de Estado practicado por la dictadura militar contrainsurgente de ese entonces.