Las autoridades provisionales de Túnez estaban por anunciar hoy la formación de un nuevo gobierno que incluirá por primera vez a dirigentes de la oposición, en un intento por estabilizar al país azotado por una ola de disturbios sociales.
La Policía utilizó el lunes gas lacrimógeno para disolver una manifestación en la avenida principal del centro de Túnez mientras helicópteros sobrevolaban la zona.
Según versiones de prensa sin conformar, la Policía ha detenido o aniquilado a individuos implicados en tiroteos que se desataron desde el viernes, cuando el presidente autocrático Zine El Abidine Ben Alí huyó a Arabia Saudí.
El primer ministro Mohamed Ghannouchi, aliado antiguo de Ben Alí, dijo que hoy es posible el anuncio de la formación de un gobierno de unidad nacional que incorporará a opositores, a los cuales se les ha denegado el acceso al poder. Ello constituiría una transición sin precedentes del poder en el mundo árabe.
Muchos tunecinos han fincado esperanzas en la formación del nuevo gobierno, que sería el primero en 23 años, pero son cautelosos en cuanto a lo que depara el futuro político en el país.
Algunas naciones, como Francia, la ex potencia colonial de Túnez, han hecho llamados a favor de la moderación debido a que el descontento se ha generalizado en el país norafricano.
Una aparente normalidad regresó hoy a algunas zonas de la capital, donde reabrieron numerosas tiendas, gasolineras, farmacias y supermercados que habían cerrado sus puertas, en tanto que numerosas personas regresaron a sus trabajos.
Cientos de turistas varados continuaban abandonando el país. Las aerolíneas extranjeras han reanudado sus vuelos de manera gradual después de que quedaran cancelados a causa del cierre del espacio aéreo durante los desórdenes civiles.
Ghannouchi habló el domingo por televisión a nivel nacional después que estallaron enfrentamientos armados frente al palacio que ocupaba Ben Ali.