Los estadounidenses no necesitan que su gobierno les alimente el mito de Bin Laden, de Al Qaeda, los talibanes o Al Fatah, para creer en el terrorismo, de hecho en el mismo país, siguen naciendo seres desequilibrados y patológicos, dispuestos a despertar indignación y condena unánime por sus actos de desprecio a la vida humana. En otras palabras, los terroristas que provocan matanzas indiscriminadas de personas en los EE.UU., son producto del sistema capitalista, neoliberal y de una sociedad decadente, la misma sociedad que hoy protesta y se escandaliza, pero que no toma en cuenta el pasado, que no debe olvidar. Cómo califica usted, por ejemplo, la detonación de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki contra población civil desarmada, los vuelos secretos de la Agencia Central de Inteligencia CIA con presos políticos detenidos ilegalmente, las cárceles clandestinas y centros de tortura que patrocinan, la intervención e invasión mercenaria a Guatemala en 1954, o los experimentos médicos del doctor Muerte realizados con pacientes guatemaltecos. No le parece que los ejemplos anteriores son terrorismo puro. Y claro, semejantes actos y conductas de gobernantes y autoridades en abierta violación al derecho a la vida de seres humanos, sirve de modelo para que algunos ciudadanos desquiciados, lleven a cabo matanzas indiscriminadas.
Ataques de esas características, aunque con distintas motivaciones, se produjeron estos días en Arizona y Guatemala, con saldo trágico de varias personas fallecidas y heridas.
La masacre de Tucson, Arizona ocurrida el 8 de enero, provocada por un tiroteo durante un mitin político de la congresista demócrata Gabrielle Gifford, fue perpetrado por Jared Lee Loughner, un joven de 22 años, quien por lo que ahora se sabe, padece de problemas mentales y cuya conducta irregular, provocó que tres meses antes fuera expulsado de su universidad. Este grave incidente que el presidente Barack Obama, calificó como una «tragedia indescriptible», ha crispado a la clase política estadounidense y tiene conmovida a la sociedad. La congresista Gifford herida de gravedad, es atendida en el hospital universitario de esa ciudad.
En Guatemala como es sabido, el 3 de enero un atentado con bomba incendiaria en el interior de un bus urbano, provocó la muerte indiscriminada de ocho personas y tres heridos que sobreviven con quemaduras graves en el cuerpo. A decir de las autoridades, el acto fue cometido por presuntos pandilleros y el móvil es la negativa de los empresarios a pagar el dinero exigido por los delincuentes. Por el hecho hay varios detenidos, entre los que figuran un ex militar, un socio de la empresa de transporte afectada y presuntos delincuentes. Hasta ahora la acusación aparece poco sólida, eso se desprende de lo dicho por el Juez que conoce el caso, quien advierte que el Ministerio Público, presente pruebas irrefutables que vinculen la responsabilidad de los sindicados, caso contrario, podrían quedar libres de responsabilidad. Sería otro caso más, para sumar al alto índice de impunidad existente.
También en Guatemala el proyecto militar contrainsurgente, ejecutó masacres indiscriminadas en contra de población civil; así como matanzas selectivas. Durante el conflicto armado interno, ocurrieron en el área urbana y rural, golpeando con mayor ímpetu a comunidades indígenas y campesinas. La matanza indiscriminada de personas, sea cual fuera la causa, es un acto terrorista repudiado.
P.S. El 13 enero 1971 mataron al querido maestro, amigo y correligionario Adolfo Mijangos López. ¡Juicio y castigo a los asesinos!