El cine mexicano ha logrado destacar por un acto de «voluntad indomable», al ignorar y enfrentar con creatividad las voces que han intentado declararlo muerto durante años y al sortear la falta de apoyo a la industria nacional, dijo ayer el cineasta mexicano Guillermo Del Toro.
«Durante décadas ha habido gente que quiere declarar muerto al cine mexicano y no puede», festejó Del Toro momentos antes de recibir el Premio Guadalajara, instaurado en la XXII edición del Festival Internacional de Cine que se celebra en esa ciudad.
«El acto de voluntad es lo que caracteriza al cine mexicano. Es un cine que se autogesta, que se autodetermina», sostuvo.
El realizador de «El Laberinto del Fauno» denunció que hay películas mexicanas que tienen que buscar coproducción en otros países, como fue el caso de su último filme, o que se hacen con una cámara de video, cuestan 500 dólares y logran ser seleccionadas para Cannes.
«Eso es una voluntad indomable», opinó el multipremiado director.
Guillermo del Toro (Guadalajara, 1964) debutó con el largometraje «Cronos» (1993) y, entre sus obras, está también «El espinazo del diablo» (2001).
«El Laberinto del fauno» arrasó en la ceremonia de entrega de premios a lo mejor del cine de México que se celebró en la noche del martes, donde se llevó nueve galardones, incluido el de mejor película.
Del Toro conquistó tres Oscar en la pasada edición de los premios de la industria de Hollywood.