La caída del gobierno dejó al Líbano sumido en la incertidumbre política, tras un año de relativa estabilidad, y el presidente inició hoy el proceso de instalación de un nuevo ejecutivo.
El presidente Michel Suleiman pidió a Saad Hariri que continúe interinamente en el puesto, después que la renuncia ayer de varios ministros de Jezbolá y sus aliados provocó la caída del gobierno.
La crisis fue el clímax de las tensiones acumuladas durante meses, mientras el tribunal de Naciones Unidas investiga el asesinato en 2005 del primer ministro Rafik Hariri, padre del actual mandatario. Se prevé que el tribunal presentará acusaciones contra miembros de Jezbolá y muchos temen un resurgimiento de la violencia que aquejó durante décadas a la pequeña nación.
El gobierno de unidad libanés, que duró 14 meses, era una coalición de rivales enconados %u2014un bloque pro-occidental encabezado por Hariri junto con Jezbolá, una milicia chií respaldada por Irán%u2014 que intentó estabilizar el país, pero en realidad estaba paralizado desde meses atrás debido a las disputas en torno al tribunal de la ONU.
Jezbolá, que cuenta con el apoyo de Siria e Irán y un arsenal abrumadoramente superior al del ejército nacional, sostiene que el tribunal con sede en Holanda es una farsa de Estados Unidos e Israel. Ha presionado a Hariri para que rechace sus fallos incluso antes de conocerlos, pero el primer ministro se ha negado a retirarle su cooperación al tribunal.
Ahora el abismo entre los dos se ahonda, con las acusaciones de Jezbolá de que el bloque de Hariri capitula ante Occidente.
Los ministros de Jezbolá demoraron sus renuncias para que coincidieran con una reunión de Hariri con Barack Obama en Washington, obligándolo a visitar al presidente estadounidense como primer ministro interino.
El derrumbe del gobierno inicia la crisis política más grave desde 2008 en uno de los rincones más volátiles del Medio Oriente.
Líbano padeció una devastadora guerra civil de 1975 a 1990, una invasión israelí en 1982 para expulsar a milicianos palestinos del sur, una guerra en 2006 entre Israel y Jezbolá y choques mortíferos entre chiíes y sunitas en 2008.
El titular de la Liga írabe, Amr Moussa, dijo que la situación «es mala, es tensa, es amenazadora. Tenemos que colaborar para alcanzar algún tipo de acuerdo», añadió en declaraciones a la prensa en Doha, Qatar.
Israel expresó temores sobre una reanudación de la violencia en el Líbano, su vecino del norte y puso en alerta sus fuerzas militares cerca de esa frontera.
Las tropas israelíes en el norte estaban hoy en alerta por la preocupación de que la crisis política del Líbano podría extenderse y reanudar la violencia sobre la frontera compartida, después del colapso del gobierno libanés.
El grupo de milicianos Jezbolá, que recibe apoyo de Irán, y sus aliados llevaron al caos al ya inestable Líbano ayer al retirarse del gobierno y provocar su colapso.
Jezbolá, que se enfrentó con Israel en una guerra de un mes en el 2006, bloqueó la continuada cooperación del gobierno con el tribunal de la ONU que investiga el asesinato del primer ministro libanés Rafik Hariri en el 2005.
Jezbolá prevé que el tribunal encausará a algunos de sus miembros. Hizo coincidir la disolución del gobierno con la visita del actual primer ministro Saad Hariri, hijo de Rafik Hariri.
Un alto funcionario del comando norte de Israel dijo que lo comandantes seguían con atención lo eventos en Líbano por cualquier señal de que Jezbolá pueda tratar convulsionar la ya inestable frontera norte a fin de desviar la atención del caos político.
Sin embargo, aunque se ha aumentado el nivel de alerta, no se ha llamado a la reserva ni tampoco se han movilizado las tropas hacia el norte desde otras áreas, dijo el funcionario, que habló a condición de mantenerse en el anonimato debido a que no tiene autorización para revelar tácticas militares.
El general en retiro Yaakov Amidror dijo a Radio Ejército que la opinión prevaleciente es que a Jezbolá no le interesa en este momento iniciar una guerra con Israel. Tanto al grupo miliciano como Irán prefieren mantener a Jezbolá listo para que ataque a Israel en el caso de que Irán sea agredido, aseguró Amidror.