Policí­as de la moral


Qué risa. A falta de buenas ideas o de voluntad y honradez para desempeñar bien sus cargos y ejecutar programas adecuados para mejorar la calidad educativa en el paí­s, las autoridades del Ministerio de Educación han «prohibido» que las y los adolescentes se enamoren.  Las disposiciones que los funcionarios guatemaltecos anuncian son casi siempre de esta envergadura, es decir, tontas.

Claudia Navas Dangel
cnavasdangel@yahoo.es

Yo me pregunto, ¿por qué mejor no trabajan para desarrollar un buen programa de educación sexual en las escuelas y colegios y lo implementan?, eso serí­a más lógico y quizá así­ se evitarí­a que muchas mujeres abandonaran a sus hijos a unas horas o meses de nacidos como se ha visto en todos los medios de comunicación en la primera semana del año.

En Guatemala, el í­ndice de embarazo adolescente es alarmante y sin embargo, la palabra «sexo» sigue siendo tabú, inapropiada, sinónimo de pecado. Que eso es cosa de la familia dice la Iglesia y la cartera de Educación y sí­, pero ¿cuántos adolescentes tienen una «familia»?, ¿cuántos cuentan con padres y madres que pueden hablar apropiadamente sobre el tema?, porque jamás les explicaron la sexualidad de una forma natural, ¿cuántos no descubren desde los primeros años de vida toda esta temática a través de la televisión y de una manera incorrecta?

Por qué prohibir enamorarse, como si los sentimientos fueran algo que puede controlarse, por qué no mejor orientar a los jóvenes, educar,  quitarse esa mojigaterí­a y  cumplir con el papel de maestros adecuadamente.

Cómo piensan controlar este tipo de situaciones, cuando no han podido evitar el tráfico de drogas, el consumo de alcohol y la violencia en las aulas. Cómo piensan cumplir con esa misión de celadores, cuando en muchas escuelas las y los maestros aparecen tan sólo una vez por semana,  o tienen salones con más de 70 estudiantes.  No se ha logrado aún evitar que algunos docentes abusen de las y los alumnos, no se ha logrado que la asistencia de las y los estudiantes a las aulas sea constante.

¿Qué van hacer con las estudiantes que ya son madres?, ¿van a prohibirles hablar con sus compañeros para que su experiencia no trascienda? Antes de tratar de proteger la moral de las y los jóvenes, deberí­an de garantizar la educación para todos y utilizar adecuadamente los recursos para ello. Por cierto, ya que están juzgando a ex presidentes y funcionarios por manejo inadecuado de los dineros del Estado, ¿cuándo van a procesar al ex presidente Berger y su gabinete por el desví­o de fondos de Educación a la construcción del aeropuerto, que por cierto no han terminado?