Partos próximos parecen aumentar el autismo


Los nacimientos muy próximos entre sí­ parecen aumentar el peligro de que el segundo niño tenga autismo, de acuerdo con un estudio preliminar que se basó en el análisis de medio millón de menores en California.


Hubo más posibilidades de que se diagnosticara autismo en los niños nacidos menos de dos años después del anterior parto, en comparación con los nacidos al menos tres años después.

El autismo es un desorden del desarrollo neurológico en los niños y se caracteriza por una deficiente interacción y comunicación social, e incluye a veces la repetición de conductas. Estas señales se presentan en los niños antes de que cumplan tres años.

La rapidez con que se conciba al segundo hijo respecto del primero aumenta la posibilidad de que se le diagnostique después autismo.

Como el fenómeno se detectó en hijos de parejas de todas las edades, se consideró que el riesgo del autismo no está tan vinculado a la vejez de los padres como sí­ lo está a la proximidad entre los partos.

«Esta conclusión nos impactó, para ser honestos», dijo el autor jefe del estudio, Peter Bearman, de la Universidad de Columbia en Nueva York.

Aunque los investigadores consideraron otros factores de riesgo del problema volvieron a detectar la relación con la proximidad de los partos.

«Hiciéramos lo que hiciéramos, fuera que examináramos la severidad del autismo, la edad u otros factores que pudiéramos considerar, no pudimos eliminar esta conclusión», expresó Bearman.

No obstante, dijo el experto, son necesarios ulteriores estudios para ratificar si la proximidad de los partos es determinante en el autismo.

Los partos muy próximos aumentan en Estados Unidos debido a que las mujeres postergan cada vez más el ser madres, así­ como por embarazos no planificados.

Según estadí­sticas del gobierno, la proporción de bebés nacidos antes de dos años del primer parto de la misma madre aumentó a 18% del total en 2002, de 11% en 1995.

El estudio fue difundido el lunes en la revista Pediatrics apenas dí­as después de que un nuevo informe empañara el documento de 1998 de un investigador británico que vinculaba las vacunas con el autismo. El nuevo informe consideró el documento británico un fraude que se basó en la alteración de hechos.

Bearman contrastó la nueva investigación con lo que describió como la «ciencia basura» detrás de la idea de que las vacunas causan autismo.

«Uno de los problemas que propician que la gente crea que la ciencia basura es una ciencia es la idea de que la ciencia resuelve todos los problemas con una sola bala», expresó Bearman. Todo lo contrario, «la ciencia es un proceso lento y sus avances son graduales», apuntó.

No están claras las razones por las cuales la cercaní­a entre los partos de la misma madre influyen en el autismo.

Es muy posible que los padres adviertan los problemas de desarrollo cuando sus hijos tienen poca edad de diferencia, dijo Bearman.

Si «Pedrito», de dos años, no se ha desarrollado igual que «Juanito», de tres, es muy posible que los padres busquen asistencia médica, apuntó.