El día sábado 8 de enero en el Balneario de Acapulco, en la ciudad de México, fueron masacradas veinticinco personas, hombres, mujeres y entre ellos dos menores, en un país tan grande como México, donde es muy difícil de controlar a todo y a todos, es un problema de verdad complejo, donde a pesar que el Presidente le ha declarado la guerra al narcotráfico y al crimen organizado, y la está viendo en verdad muy negra, pero eso a él no le importa porque sabe que está haciendo lo correcto para mantener la paz y lo que es más importante, tener tranquilo a su pueblo quien es el que lo tiene en el poder.
Ese poder que él está sabiendo utilizar, no para hacerse popularidad, no para hacerse, notoriedad, sino como lo dije, para velar por su pueblo.
Este presidente, como hay varios, lo está dejando todo en favor de México, pues lo que está haciendo sólo lo hace alguien a quien le importa su prójimo y su país, alguien que ama más que nada la paz.
Es lamentable lo que ahora está sucediendo con los vecinos del norte, pero ellos saben que un día quizá no muy lejano con la ayuda de Dios y la de sus autoridades saldrán adelante y podrán gozar de una mejor forma de vida.
En Guatemala, estamos viviendo una situación similar, con la diferencia que aquí sólo se les va el tiempo en hacer averiguaciones y nunca llegan a una solución que los lleve a dar con los responsables de lo malo que han hecho.
Guatemala es un país pequeño, y sin embargo, las autoridades que tenemos no nos ofrecen ninguna garantía para nosotros y nuestras familias. Espero que en este año que es año electoral, nos ofrezcan mejores expectativas para poder limpiar a Guatemala de lo malo que está contaminando a la población, y quede quien quede cumpla con los ofrecimientos para que en el futuro se les recuerde como hombres (y/o) mujeres que hicieron algo bueno por su patria, y no se olviden de quienes los pusieron en el puesto.