Durante décadas, los médicos han intentado convencer a la gente de que deje de fumar, se ejercite más y baje de peso, pero ante los resultados mediocres y una naciente crisis de obesidad Gran Bretaña decidió que la mejor manera de persuadir a sus habitantes es darles incentivos en metálico.
El gobierno británico ya probó varios programas que le pagan a la gente si toma decisiones saludables. Aunque las pruebas fueron de poco alcance, las autoridades dicen que han tenido suficiente éxito como para ampliarlas.
Esta semana, el gobierno anunció que distribuirá entre las familias británicas cinco millones de vales de 50 libras para comprar frutas y verduras.
«Ampliaremos los programas de incentivos financieros al comportamiento saludable donde la evidencia demuestre que es lo indicado», dijo un vocero del Departamento de Salud que pidió no ser identificado en cumplimiento con reglas internas.
Algunos expertos en salud advierten, sin embargo, que es difícil cambiar los hábitos de la gente y que los incentivos monetarios pueden tener resultados inesperados. También hay quienes dudan de que estos pagos sean un destino adecuado para los limitados fondos públicos para la salud.
El gobierno, no obstante, ya se comprometió a usar los pagos para intentar revertir la epidemia de obesidad.
En varios suburbios de Londres, el sistema de transporte público hizo un estudio piloto en que ofrecía entradas al cine o vales para compras a los niños que caminaban a la escuela. Se evalúan otros proyectos parecidos para otras partes del país.
Las autoridades también encargaron a la compañía Weight Wins que evalúe si funcionaba pagarle a la gente para que adelgazara.
En un estudio en Kent en 2008, los expertos descubrieron que 400 personas bajaron un promedio de 15 libras (casi siete kilogramos) y se mantuvieron en ese peso durante al menos un año. El programa le pagó a la gente hasta 425 libras (662 dólares) si alcanzaban su meta y la mantenían durante hasta 24 meses.
«Si la gente lo abandona, no recibe nada», dijo Winton Rossiter, creador del programa. «Y la gente odia perder dinero aún más que lo que disfruta ganarlo».
En Estados Unidos, las iniciativas similares en general han fracasado. Un estudio de siete programas creados por empresas estableció que en promedio la gente bajó menos de una libra (0,45 kilogramos).